Si tuviera que vivir en Londres de nuevo, sueño que espero cumplir, una de las cosas que menos me interesaría hacer allí es ir a ver el NOTTING HILL CARNIVAL. O quizás sí lo haría para ver si una segunda visita me cambia la apreciación que tengo sobre esta celebración, aunque valgan verdades preferiría evitarlo mucho más ahora que me he enterado que el día que se llevó acabo (el último lunes) hubo más de 100 detenidos... ya se saben que en estos tiempos en la capital del ex imperio las cosas están bastante candentes.
Como se sabe Londres es mil universos, muchas etnias, muchas religiones e idiomas. Una de esas comunidades que arman el colorido y abigarrado rompecabezas o puzle londinense es la caribeña que en la mitad de los años 60 del siglo pasado le dieron vida a este carnaval a modo de hacer frente al racismo y la discriminación de las cuales eran víctimas. Hoy la fiesta se ha convertido en una de las más grandes del mundo (dicen que es la segunda luego de la de Río de Janeiro) y atrae a muchos turistas y curiosos quienes caminan por las calles de la otrora peligrosa y vieja, y hoy “trendy” y “chic”, Notting Hill.
En este carnaval pude ver ingleses participando aunque no tantos como se podría esperar ya que creo que no son muy dados a este tipo de efusividades y colorido. La mayoría de ellos eran jóvenes que parados en las esquinas, con alguna lata o botella en la mano y con ínfulas de modernos, miraban pasar a los danzantes mientras que la policía los miraba a ellos a la espera de que armen alguna bronca, cosa que por lo demás no sería nada sorprendente de que suceda. Sin embargo, la gente que va a ver estas cosas eran curiosos como el que escribe o turistas que desembarcan en Londres precisamente para ver este espectáculo y con la esperanza de encontrarse en alguna de las calles a una doble de Julia Roberts… mientras que les sacan la cartera del bolsillo… ay los turistas, los turistas…
Yo no encontré nada de gracia ni sentido en ver a todos los participantes y bailarines hacer los mismos pasos, bailar la misma música, tener el mismo ritmo. Todos los grupos llevaban algunas banderas o desangelados muñecos hechos de papel y en cuya hechura había tal carestía de ingenio que parecían haber sido confeccionados porque sí, sin arte y sin inspiración. También iban acompañados de inmensos camiones que daban la apariencia de haber sido adornados con apuro y en cuya parte posterior iban niños sentados y aturdidos por la música estentórea que proferían unos inmensos parlantes. Cada grupo tenía su propio “dj” y la competencia parecía más por ver quién hacía más bulla o te destrozaba los oídos que por hacer gala de un cierto sentido de la armonía. Vamos, que en cualquier fiesta electrónica la pasarás igual o mejor y que la verdad ello más parecía ultra modernidad que tradición.
¿Música afro, melodías hechas por instrumentos que tocaran ser humanos y que no sean la consecuencia de pinchar discos o programar ordenadores; algo que dejara certeza de que se trataba de la fiesta de un colectivo londinense que tuvo como ancestros a los vivaces caribes llegados a frías tierras inglesas? NOTTING. Bueno lo más “tradicional” eran algunas coloridas ropas y el envidiable color aceitunado de muchas de las bailarinas y participantes. En fin, que quizás me perdí otras partes de la fiesta en donde habría algo más original que una celebración con ansias de ser moderna pero no lo encontré y por lo mucho que vi todo carecía de originalidad y belleza. Como dicen los españoles, siempre tan delicados, ni puta gracia.
Pablo
|
Carnaval de Notting Hill - Londres |
|
Carnaval de Notting Hill - Londres |
|
Carnaval de Notting Hill - Londres |
|
Carnaval de Notting Hill - Londres |
|
Carnaval de Notting Hill - Londres |
|
Carnaval de Notting Hill - Londres |
|
Carnaval de Notting Hill - Londres |
|
Carnaval de Notting Hill - Londres |
1 comentarios:
Descrito a la perfección, puedes aplicarlo a todo London, que para mi gusto no es más que un vertedero de gente, ansiando por tener un trabajo de friega-platos o camarero, que comparten con 7 personas la casa, pagando un pastizal y que se autoconvencen de "estamos genial" por lo cool que resulta vivir en London. Una mentira y la ciudad más sobrevalorada del mundo, tienes que pagar por todo y solo está ambientada en el dinero.
Quien quiera disfrutar de Inglaterra, que evite esta capital de deshechos y sin sentimientos y que se vaya a Oxford, Cambridge, York, Winchester, Canterbury y sitios pequeños y reales y VIVIBLES.
Un saludo
Publicar un comentario