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Navegando en el Amazonas: desde Pucallpa hasta Contamana

domingo, 4 de noviembre de 2012


Como dijimos en la entrada anterior, este día iba a empezar nuestra navegación por el Amazonas, experiencia que queríamos vivir cuanto antes. Pero, claro, a esas horas de la mañana no lo dábamos todavía por hecho ya que para encontrar un barco que partiera justo cuando nosotros esperábamos, necesitábamos algo de suerte.

Como no solo de sueños viajeros vive el hombre, sino también de desayunos, nos fuimos a tomar uno contundente al Mercado Central, opción más barata, con jugos de papaya desde un sol; y luego caímos por la heladería Tropitop –jirón Sucre, Plaza de Armas-, donde los desayunos cuestan 5 soles, buen servicio y todo muy limpio. 
 
Con la panza llena nos dirigimos al puerto para averiguar sobre posibles salidas de barcos para ese día. Teníamos dos rutas en mente: una que partía al desde PUCALLPA hacia ATALAYA, dirección sur, y otra hacía el norte a CONTAMANA, dirección ORELLANA e IQUITOS. Los barcos que iban hacía Atalaya eran muy pequeños y daban una pésima impresión: a simple vista carecían de una mínima higiene, cosa importante de considerar teniendo en cuenta que hasta Orellana el viaje lleva 4 días; y los tripulantes y ayudantes eran todos hombres, por lo cual no parece una opción muy recomendable para una viajera sola. Asimismo, esta ruta sur no parece muy requerida por viajeros, lo que no significa que no hayamos visto algunos hombres con pinta de hippies subidos en esos barcos, tan felices y contentos. Estas observaciones no quiere decir que todos los barcos sean así, quizás estuvimos en el día menos indicado y en otras fechas haya mejores transportes, solo escribo lo que vi. Todo lo contrario sucedía con la ruta hacía Contamana, es mucho más transitada y por ende la favorita de viajeros y turistas, imagino que mucho tiene que ver el hecho de que es por esa ruta por donde se llega a la principal ciudad de la Amazonía peruana: IQUITOS.



Para saber qué barco iba a partir no quedaba otra que andar por el puerto y preguntar y preguntar. Un buen indicador es buscar a la embarcación en la que se está cargando mercadería porque ésa será la que salga ese día, o el siguiente, o el que le sigue a ese... En la entrada de los barcos se pone una pizarra con el horario y el lugar al que van a partir, así encontramos el ANGEL MIGUEL que, según la información que se leía en su pizarrín, zarpaba ese día a las 05 y 30 de la tarde hacía Orellana, previo paso por Contamana, nuestro destino. El pasaje costaba 25 soles por persona. Optamos por viajar allí. Según la factura, o tiquete, que nos dieron este barco tiene una representación en una oficina que queda en la calle Callao 476 y el número de móvil es el 991551006. De nada.

Puerto de Pucallpa.
Normalmente hay alguien dentro de la embarcación que vende las hamacas, nosotros se lo compramos a un hombre muy simpático: 10 soles cada una más 6 metros de cuerda para colgarlos -1 sol el metro-, asegurarse de que el nudo esté bien hecho ya que vimos a mucha gente caerse apenas acostadas en sus hamacas. Se debe pagar por las hamacas solo la mitad, la otra se hará efectiva antes de partir. El tiquete se paga directamente a los encargados de la embarcación que pasan a cobrar cuando ya se ha partido. Es bueno esto de comprar una hamaca con anticipación porque así se separa sitio, aunque cuando el barco está lleno casi nadie respeta tu espacio y todo es un pandemónium alucinante, pues hay más gente que espacio: pasar sobre ti es una cosa tan natural como el verdor de la selva. Otra recomendación sobre las hamacas: es mejor comprar las de tela, no las de red; si bien aquéllas son más caras también son más fuertes, cómodas y abrigan contra el frío viento de la noche y los mosquitos. 

Volvimos al hotel GUEST HOUSE, donde estábamos hospedados, y encargamos nuestras mochilas a la dueña. Salimos luego a perdernos por las calles de Pucallpa a modo de matar el tiempo. Cuando tuvimos hambre buscamos un restaurante y encontramos “Los Girasoles”, esquina de las calles  Inmaculada y Salaverry; muy limpio, trato cordial, rápida atención y el rico menú por solo 4 soles, más que recomendado. Los restaurantes en el centro de la ciudad suelen ser más caros por eso si uno se mueve un poco hacía las afueras puede encontrar mejores precios, p.e. frente al Hospital Regional, a 15 minutos caminando desde la plaza, se pueden encontrar varios y baratos. La zona es muy tranquila y nos dio la sensación de seguridad. Más tarde nos tomamos unos cafés en el “C est si bon”, recogimos nuestras cosas y nos fuimos al puerto.

Llegamos con una hora de anticipación, algunos dirían que es mejor con dos pues el barco a esas horas ya estaba lleno y quedaba poco espacio para estirar la hamaca, a no ser que la hayas colgado ya desde la mañana como la hicimos nosotros. El barco está totalmente repleto de gente y de un multicolor laberinto de hamacas que hace que todos avancen a gatas en una odisea que pasa por debajo de espaldas colgantes cuando de ir al baño se trata, que, para colmo de males, está abajo, en el oscuro almacén. Hay que sortear bultos, cajas, colchones, animales, motos, electrodomésticos, pesados racimos de plátanos, niños jugando indiferentes en su alegría a lo que pasa alrededor; hay que aguantar los gritos de la sudorosa multitud que entra a vender baratijas, arroz en bolsa, pescados envueltos en hojas de plátano; hay que tener la paciencia necesaria para esperar la oportunidad de poder subir en una escalera por donde baja un río de personas haciéndose espacio a empujones en un espacio donde solo puede entrar una; hay que oír con curiosidad la cantarina pronunciación de este español selvático por momentos inentendible, por momentos agradable.

En el barco desde Pucallpa hacia Contamana. Perú

En el barco desde Pucallpa hacia Contamana. Perú

En el barco desde Pucallpa hacia Contamana. Perú

Navegando en las aguas del Yarinacocha

viernes, 26 de octubre de 2012



Después de una larga noche en la que ni los ventiladores lograron mitigar el calor pucallpino, madrugamos y desayunamos en el Café Bohemia (calle Sucre, cerca de la plaza), recomendados sus jugos servidos en inmensos vasos por dos soles. Después nos preparamos para ir hacia uno de los lugares emblemáticos de Pucallpa: el lago Yarinacocha; para ello se deben tomar los taxis colectivos en el Jirón Ucayali, se les reconoce porque en su parabrisas llevan pegados carteles anunciando destino a “Alamedas” o a “Yarina”. El precio del trayecto es de 1 sol. 
Yarinacocha es un pueblo agradable con una bonita plaza desde donde parten las calles que bajan hasta un bullicioso puerto. Allí se toman cualquiera de las lanchas y pequeños barcos que llegan hasta las comunidades que se encuentran a las orillas de esta gran laguna. La más conocida de ellas es la de San Francisco, un lugar clásico. El problema es que los “tours” son bastante caros pues tienes que alquilar la embarcación por completo por eso conviene hacerlo entre varias personas ya que el precio es el mismo. Para solo dos personas nos hablaban de unos 100 soles ida y vuelta, y 80 solamente la ida. Aunque los precios pueden variar según los sitios que quieras visitar. 

PLAZA DE YARINACOCHA. PUCALLPA - PERU.
Como el monto se nos antojaba demasiado alto para nuestro presupuesto mochilero intentamos averiguar otras opciones y nos informamos de unos taxis-colectivos que iban hacia San Francisco y otras comunidades más lejanas por tierra. Estos taxis se toman en el jirón Aguaytia. El pasaje cuesta 2.5 soles hasta San Francisco y 3 soles a Santa Clara, comunidad que se encuentran un poquito más lejos. Allí llegamos en unos 30 minutos. 

LAGUNA DE YARINACOCHA. PUCALLPA - PERU.
LAGUNA DE YARINACOCHA. PUCALLPA - PERU.
Santa Clara es un lugar pequeño donde viven los comuneros de la etnia Shipiba. Era mediodía cuando llegamos y supongo que debido al calor toda la gente estaba en sus casas. Pudimos ver a muchos de ellos abanicándose en las hamacas, disfrutando sin apuros de su envidiable holganza. Cuando la canícula está en todo su esplendor ya se sabe que no es una buena idea estar en la calle o en el campo. Compuesta por unas poquitas casas típicas con sus techos cubiertos de ramas y hojas de palmera, Santa Clara parecía ser de por sí un lugar muy pacífico. 

SANTA CLARA. UCAYALI - PERU.
SANTA CLARA. UCAYALI - PERU
SANTA CLARA. UCAYALI - PERU.

En la selva peruana: entre la belleza y la barbarie

lunes, 22 de octubre de 2012


Nunca habíamos ido a la selva baja peruana, a ese espacio inmenso y mítico que a veces parece ser otro mundo, uno muy remoto; o quizás otro país, y que sin embargo es el espacio geográfico más grande del Perú. Como ya nos habíamos perdido por cerros y ruinas, por punas y puertos costeros, pensamos que era hora de cruzar los Andes y ver qué hay detrás de toda esa inmensa cadena montañosa; ver directamente ese inmenso secreto pintado de verde que es la Amazonía peruana. Lo que nunca imaginamos es que íbamos a vivir unas aventuras que jamás hubiésemos esperado: desde ver los más bellos atardeceres que haya visto jamás hasta caminar varios días por carreteras tomadas por huelguistas armados con palos y cuchillos que nos miraban con cierto recelo. 

HACIA PUCALLPA

Decidimos empezar este viaje en la ciudad de PUCALLPA, capital del amazónico departamento de UCAYALI. En realidad la idea era iniciar la ruta en la ciudad de TINGO MARIA, en el departamento de HUANUCO, y que bien podría ser considerada la puerta de entrada a la Amazonía central, pero como el pasaje en bus hacia ambas ciudades nos costaba lo mismo  decidimos irnos directamente al destino más lejano, es decir a Pucallpa (para ver los precios leer abajo en DATOS UTILES). El bus, como es mala costumbre en el Perú, iba hecho un bólido.  Lo interesante de ir en este medio de transporte es que el viajero podrá ver desde su ventana todos los cambios geográficos increíbles que se dan en un lugar como el Perú: desde el desierto costero se asciende hacia los fríos Andes para luego bajar apresuradamente al calor selvático. Aunque para ver todo ese espectáculo las posaderas tendrán que aguantar dignamente las 18 horas de viaje que hay entre Lima y Pucallpa. Eso, claro, si se viaja en “servicio especial” porque en un servicio normal seguro que el viaje puede llevar más de 20 horas. La mayoría de gente que conozco ha ido hacia Pucallpa en avión, pues en poco más de una hora de viaje se puede conectar ambas ciudades, además te ahorras algún susto en la carretera como los ominosos comentarios que dicen que cuando el bus pasa por Tingo María está entrando en zona “cocalera” y los asaltos están dentro de lo normal. Nosotros no tuvimos problemas aunque, cosa curiosa, a medio camino subió, con el permiso del conductor, un tipo que decía ser policía o algo así y se ofreció como seguridad del bus. Quizás una buena opción es viajar de día a Tingo María, quedarse allí conociendo ese bonito sitio y luego, ya de día, salir para Pucallpa.

PUERTO DE PUCALLPA. UCAYALI - PERU.
PUERTO DE PUCALLPA. UCAYALI - PERU.
Justamente allí llegamos a las 7.30 de la mañana. Nos dejaron en la terminal de la compañía con la que habíamos viajado -está a unos 4 kilómetros del centro-. Hay allí muchos mototaxis que te acercan al centro por 2 soles, además de gente que te ofrecen hoteles e incluso billetes para viajar en barco hacia Iquitos. Nosotros no teníamos referencia ni habíamos buscado información previa sobre ningún hotel en la ciudad y nos pusimos a ver varios de los económicos que recomendaba nuestra guía (ver DATOS UTILES abajo).

PUCALLPA. UCAYALI - PERU.
Después de un viaje tan largo decidimos tomarnos una pequeña siesta y luego, ya recargados de energía, fuimos a llenar nuestro estomago al restaurante del Hospedaje Komby que por 8 soles ofrecía un menú aceptable. Las mesas del comedor se ubicaban junto a la piscina. Habiendo comido nos dieron ganas de salir a andar por la ciudad. Lo poco que habíamos visto en el camino de la estación al hotel no nos había dado la sensación de estar ya “en la selva” pues hay más cemento que árboles; así que nos fuimos hacia el malecón en busca de esa emoción y allí, en cierta forma, la tuvimos: vimos el puerto bañado por las oscuras aguas del Ucayali y detrás las copas de los árboles que formaban una inmensa explanada verde. Eso ya era algo.

Paseamos por la plaza Miguel Grau, subimos a la torre del reloj y vimos un desfile civil con ocasión de la celebración de las fiestas patrias peruanas. El puerto de Pucallpa es un lugar peculiar, si uno quiere tomarle el pulso a la vida de esta ciudad tiene que ir allí -inevitablemente irás si planeas tomar un barco-. Los pucallpinos parecen más interesados en hablar de cara al río que sentados en las plazas o paseos de su ciudad que a casi todas horas parecen vacíos. A primera vista el puerto se muestra sin remilgos tal cual es: insalubre, caótico y, para empeorar las cosas, con la marea baja emerge desde el fondo del río la basura que es delicia de gallinazos, animales que son una oscura y perenne presencia en este ambiente. 

MALECON DE PUCALLPA. UCAYALI - PERU.

MALECON DE PUCALLPA. UCAYALI - PERU.

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