Una visita al Museo de la Inquisición de Lima y el Congreso peruano

lunes, 28 de enero de 2013

Es sabido que al venirse al Perú los españoles  trajeron muchas armas, entre ellas el catolicismo. Tranquilos amigos bien pensantes y fervorosos creyentes, no enciendan todavía los fanales con el que suelen quemar a cuanto apostata se cruce en vuestro camino. He de decir que la religión católica también hizo lo suyo: le permitió a esta parte del mundo por fin tener una unidad, aunque sea religiosa; estimuló las ideas con las universidades que estaban a su cargo y permitió algo que hasta entonces nadie se había atrevido a hacer: adentrarse en la desconocida e ignota selva, allende los Andes, que se empezó a conquistar gracias a los misioneros.
Tales cosas le permitieron a la iglesia católica tener autoridad y ser considerada por el poder secular como una gran aliada en la defensa de las conveniencias de España. Así que ambos estamentos (el civil y el religioso) prohijaron una de las maquinas represivas más perfectas que se pueda imaginar: el Tribunal del Santo Oficio a través del cual velaron por la defensa de la fe y la moral y el orden público. Esta institución fue traída al Perú donde también castigaba delitos como aquellos que atentaban contra la fe (judíos, protestantes, mahometizantes), contra la moral (blasfemia, bigamia, brujería), o contra el mismo Santo Oficio. Además censuraba libros que pudieran ofender los dogmas católicos o los intereses del reino. Eso sí,  no tenía autoridad sobre los indígenas.



El tribunal extendía su inmenso dominio desde Panamá hasta Argentina. Inicialmente las sede desde donde dirigía tan amplio territorio estaba ubicado frente a la iglesia de La Merced en el jirón de La Unión (calle sobre la cual he escrito una entrada que puedes ver aquí) hasta que se adquiere el local cuya visita es motivo de esta entrada y que se conoce hoy como EL MUSEO DEL CONGRESO Y DE LA INQUISICION. Luego de abolida la Inquisición este lugar se convertiría en cárcel para presos políticos y comunes, luego pasó a ser cuartel y una parte de su local fue ofrecida a los bomberos de la compañía Roma,  la primera de Lima y que fue fundada en 1866 por la colonia italiana residente en el Perú. Finalmente este sitio se convirtió en sede del Senado hasta 1939.
Museo de la Inquisición. Lima - Perú.
La fachada neoclásica de este museo, hecha en 1897, desentona con todos los armatostes de cemento que se ubican alrededor. Es la  única cosa con algo de armonía en medio de esa convulsión perenne que es la avenida Abancay. Hasta allí se puede llegar muy fácilmente desde la Plaza de Armas de Lima en una caminata de 10 minutos.
Hay que esperar a la sombra de esta simpática fachada  a que se inicie una nueva visita (solo se permite el ingreso en uno de estos grupos que van con guías), las cuales empiezan cada 30 minutos, aproximadamente. La entrada es gratuita por lo que este es un lugar ideal para todo mochilero que quiere ahorrarse unos centavos haciendo y visitando algo distinto. La visita te lleva primero por un hall octogonal que da acceso a la Sala de Audiencias del Museo, un lugar donde  se simula la celebración de un juicio. En el centro de la mesa se ve sentado a un muñeco que representa al inquisidor, que es  escoltado por el fiscal y un asesor en materia teológica al que se le conocía como calificador. Ellos se dirigen al reo, quien se encuentra de pie frente a estos jueces. Pero lo más sorprendente de esta sala es el extraordinario artesonado mudéjar de 1750 y que tiene 30 mil piezas unidas con la técnica del machihembrado, es decir no se ha usado para juntar todas esas piezas ningún clavo.

Museo de la Inquisición. Lima - Perú.

Callejeando en Lima: desde el Palacio Francés hasta el Parque de la Exposición

martes, 22 de enero de 2013


Hace un tiempo publiqué una entrada sobre el JIRON DE LA UNION, una extensa calle peatonal que cruza todo el centro de Lima y que debería ser visitado por todos sí quieren tener un excelente acercamiento a la Lima de hoy. Ese recorrido terminaba en el PALACIO FRANCES, frente al CENTRO CIVICO. No hace muchos días aprovechando mi regreso a Lima estuve caminando de nuevo por allí y me pareció una buena idea continuar la ruta hasta el PARQUE DE LA EXPOSICION así que aquí vamos de nuevo, andando por la vieja Lima y proponiéndoles rutas no muy visitadas por los turistas, cosa que es una lastima porque estos lugares tiene mucho encanto.

Pues bien, empecemos a caminar desde el PALACIO FRANCES que ahora tiene otro color. Debe ser uno de los edificios art noveau más bonitos de la ciudad (por eso me gusta tanto) aunque visto de noche y con la pobre iluminación que tenía se veía más como un castillo digno de un conde rumano. Como nota interesante diremos que este edificio fue diseñado por el arquitecto polaco Malachowski, el mismo que hizo el Palacio de Gobierno y que fue el primer edificio de departamentos que se construyó en la ciudad.


Palacio Francés. Lima - Perú.
Frente a este palacio verás el brutal (por haber sido hecho en estilo brutalista) CENTRO CIVICO en donde sobresale LA TORRE LIMA, una de las más altas del Perú. Recuerdo haber caminado mucho por allí cuando era un pueblo fantasma. Era  tan oscuro y solitario que más parecía un lugar indicado para cometer un gran crimen o para que se te aparezca un fantasma. Hoy a los pies de este inmenso edificio hay un gran centro comercial donde nunca deja de haber gente y en el que puedes encontrar absolutamente de todo. Da gusto caminar por esa zona, la verdad.

Centro Cívico. Lima - Perú.
Centro Cívico. Lima - Perú.
Otro lugar que tendrás frente a ti, si miras todo desde el PALACIO FRANCES, es el inicio de lo que se conoce como el PASEO DE LA REPUBLICA que reemplaza a lo que era el antiguo camino por donde avanzaba un tranvía que unía Lima con los poblados del sur (Miraflores, Chorrillos). Ahora parte desde allí la Vía Expresa vía de alta velocidad que fue construida en los 60s y lugar favorito de los conductores limeños para accidentarse.

El Palacio Francés visto desde el Paseo de los Héroes navales. Lima - Perú.
El primer segmento de este PASEO DE LA REPUBLICA es llamado  PASEO DE LOS HEROES NAVALES, en el medio del cual hay toda un área ajardinada por el que se puede caminar aunque yo no vi ninguna entrada ni ninguna manera de cruzar hasta allí así que tuve que esperar a que no pasara ningún coche para saltar las cadenas (todos lo hacen) y pasear por ese lugar. Lo interesante en esa zona son unas esculturas bastante peculiares. Una de ellas es el conjunto llamado LAS LLAMAS (de 1935) y la otra LA YUNTA (de 1937) ambas obras fueron un regalo de la colonia China a raíz de la celebración de los 400 anos de la fundación de Lima. Son los conjuntos escultóricos más logrados del indigenismo, corriente artística muy en boga en aquellos años.


La poesía del viaje: César Moro

lunes, 14 de enero de 2013

“No sé qué decirte ni hasta qué punto aceptar tu pesimismo. Tú y yo somos diferentes a los demás que beben o se cierran en un manicomio. ¿Es en realidad tan horrible, tan abrumadora Lima? Sé que es un páramo, que lo cursi, lo mediocre, lo falso imperan sin recurso. Pero, ¿y los seres humanos? ¿O no hay un solo ser humano, no existe un solo rostro que valga el exilio? El problema tremendo de la mayoría es su ceguera para el mundo exterior, cierran las narices para no respirar ni oler el paisaje; cierran los ojos y no ven nada alrededor suyo. El sol, el aire, el mar, ¿no siguen siendo la maravilla de las maravillas? ¿No hay perros, pájaros, plantas? Ahora, después de tantos años de haber pensando en el suicidio, sé que amo la vida por la vida misma, por el olor de la vida.

Carta escrita en México por César Moro para Emilio Adolfo Westphalen, marzo de 1948.




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jueves, 10 de enero de 2013


Es una casualidad haber nacido en Lima. Soy producto de toda aquella transformación social que se dio en el Perú en los 50s del siglo pasado: masas de migrantes que llegaban desde los pueblos más remotos y pobres del país hasta esta ciudad, la tierra prometida. De no haber estado mis padres urgidos por la pobreza quizás se habrían quedado en sus pueblos para siempre y yo no habría nacido o lo habría hecho en un remoto lugar de las sierras de las que quizás nunca habría salido, o quién sabe. Todo eso, claro, me hace un provinciano de última generación.... ¿o un limeño de primera?


Plaza de Armas de Lima.
Catedral de Lima.
Barranco
Quizás ha de ser por ello, por esa providencia, que no me siento a unido a Lima más que por algo tan poco fiable como la imprevisión. No hay mayor amor, ni mayor pasión. Pero uno no escoge donde nacer así que aquí estamos de nuevo: entre las calles de este delirio sin fin que es la vieja capital peruana.

Cúpula de la iglesia de Santo Domingo.


Encantos de Tingo María: a las puertas de la selva (2da parte)

lunes, 7 de enero de 2013


Este sería nuestro último día en Tingo María. Y también aquel con el que cerraríamos nuestra aventura en la selva peruana. Aventura que nos había llevado a conocer lugares como Pucallpa y otros con más encanto como Contamana. Y que también nos había permitido navegar en barcos demorones, caminar por días en medio de violentos huelguistas y ver atardeceres de ensueño. Pues bien, para cerrarlo con broche de oro nos fuimos a hacer un par de caminatas buscando la delicada belleza que siempre tienen las cataratas de la selva.
Dejamos nuestras mochilas en el hotel en el que estábamos hospedados (ver entrada anterior) y luego nos fuimos a comprar los pasajes para salir de noche hacia Lima. Todas las empresas de transporte se encuentran en la avenida Raymondi, que es la principal. Finalmente compramos los tiquetes en la empresa JUNIN (ver DATOS UTILES abajo) pues yo ya había viajado anteriormente en uno de sus buses y la experiencia no estuvo mal aunque esta vez que regresamos a Lima sí que estuvo pésima. Pero eso lo contaré después.
La primera catarata que decidimos visitar fue la de LAS NINFAS que se ubica al sur de la ciudad, camino a HUANUCO, capital del departamento del mismo nombre. Para llegar allí tomamos uno de las mototaxis que se pueden encontrar en la 1era cuadra de la calle José Olaya –Tingo María-. El pasaje cuesta 2,5 soles por persona. Si quieres tomar el servicio particular normalmente cobran 8 soles por persona. Aunque no entendí bien si era hasta la misma entrada a la Catarata de Las Ninfas o hasta la entrada la catarata del Carmen que se ubica mucho antes que a la de Las Ninfas. Es lo que me dijo un mototaxista. Como siempre, es mejor confirmar en el mismo paradero y aclararlo con el conductor antes de partir. El hecho es que nosotros pagamos 2,5 soles por persona hasta Las Ninfas. 
En el camino hasta allí pasamos justamente por la entrada a la catarata El Carmen, por la Cueva de las Pavas,la entrada a la catarata Santa Rosa (allí se pueden encontrar mototaxis que te suben hasta muy cerca a esa caída de agua que se ubica a 3 kilómetros de la carretera a Huánuco) y la segunda entrada al Parque Nacional Tingo María-lo reconocerás porque hay allí un puente colgante que se adentra en la selva- adonde vendríamos luego para conocer las cataratas que por allí se pueden encontrar.
Luego de 25 minutos de viaje desde Tingo María llegamos al acceso al camino que sube a la catarata de Las Ninfas. Hay que pagar 1 sol por la entrada a un tipo que no te da ni ticket. Ese mismo hombre alquila arneses a 20 soles para hacer rapel. El camino va todo en subida y nunca te da tregua pero está en tan estupendo estado que el andar se hace muy fácil. Además los altísimos árboles proveían una sombra fresca que hacía que el calor no nos afectara para nada. 



A nosotros nos llevó 30 minutos llegar hasta la caída de agua que si bien no es muy espectacular está rodeada de una selva fantástica. La catarata ha formado una especie de piscina no muy profunda en donde se podría uno tranquilamente refrescar por lo que recomendamos traer sandalias y toallas. El sitio es muy tranquilo, no nos cruzamos más que con una apasionada pareja de adolescentes que se había ido allí a besarse con tal pasión que parecían convencidos de que al día siguiente se iba a acabar el mundo. Cosas a los que invita la selva.

 Catarata de Las ninfas. Tingo María - Huánuco.
Catarata de Las ninfas. Tingo María - Huánuco.

Encantos de Tingo María: a las puertas de la selva

jueves, 3 de enero de 2013


Llegamos a Tingo María huyendo de las hordas de cocaleros que habían tomado el dominio de los lugares por donde nos habíamos estado moviendo en los días anteriores, a pie y en el transporte que encontrásemos. Este pueblo fue el oasis de paz anhelado a donde pensábamos que nunca llegaríamos. Pero por fin, aquí estábamos. Sintiendo su calorcito no tan extremo,como el de Pucallpa o Contamana, y hasta benigno.
Ya estábamos en la selva alta peruana y aquí no había líos ni huelgas, todo estaba muy tranquilo. Felizmente. Tingo María es una ciudad selvática en donde como en muchas otras se impone el cemento, el bullicio y el comercio. Sin embargo tiene un encanto secreto que no sabría cómo describir. ¿Debe ser por el hecho que está a medio camino entre la selva y los Andes? Me encantaría pensar que sí, o quizás es que lo vimos muy pacífico y encantador por el hecho de haber venido de días en donde solo habíamos visto violencia. Además, nuestra opinión estaba algo influida por lo que nos había dicho el gringo Jim sobre este lugar. Como conté en una entrada anterior él había elegido dejar Estados Unidos para vivir aquí el resto de sus días. Sea lo que fuere. Tingo María no nos decepcionó.


Cueva de las Lechuzas. Tingo Marìa. Huánuco - Perù.
Al igual que muchos sitios de la selva Tingo María tampoco tiene gran cosa que ver en sus calles. Lo importante está fuera de sus límites, internado en la selva montañosa que lo circunda. Sus encantos hay que buscarlos en las cataratas que hay en los alrededores y en la joya de este sitio: El Parque Nacional.Allí fuimos.
Esa área protegida tiene dos entradas. Una se ubica en el camino a Huánuco capital, a la altura del poblado de TAMBILLO, cerca de la entrada a la Catarata de Las Ninfas, y es la que te permite llegar al poblado de 3 de Mayo, sobre ello escribiremos luego. Y la  otra, que a su vez es la más popular, es la entrada de la Cueva de las Lechuzas ubicada a 6 kilómetros y medio del centro de la ciudad de Tingo María. Para llegar a esta última fuimos en un mototaxi -es el transporte por excelencia en la selva peruana como ya habrán visto en todas nuestras entradas sobre la Amazonía- que tomamos en una agencia que es como le llaman a los paraderos oficiales de estas motos. El pasaje cuesta 2, 5 soles por persona y el camino hasta el lugar está lleno de baches aunque no llega a ser incómodo.
El tiquete de entrada a esta parte del Parque cuesta 5 soles (válido por un día) por persona. En el ingreso principal encontramos a un guardaparque muy amable que nos dio toda la información que queríamos sobre esta área protegida desde 1965. Caminamos un poco por unos senderos muy bien diseñados y unas lagunitas que se veían muy frescas y adonde daban ganas de tirarse para bajar un poco la temperatura del cuerpo. Avanzamos un poquito más y vimos sobre una cima la inmensa boca que es la entrada a la afamada cueva. ¡Por fin la iba a conocer! Sin demoras subimos las escaleras y nos metimos en los rincones oscuros del vientre de la montaña.



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