Trekking en la selva II: Hacia la cima del Morro de Calzada

martes, 30 de agosto de 2011


Teníamos ganas de volver a hacer un buen trekking y sobre todo en alguno de los bonitos y pocos conocidos lugares de los alrededores de Moyobamba por lo que pensamos que el MORRO DE CALZADA era el sitio ideal. Para llegar allí primero hay que tomar desde Moyobamba uno de los coches que van hacia RIOJA, el paradero está en la esquina de las calles Benavides y Callao. Hay que pedir bajar en el “cruce a Calzada”. El pasaje es 4 soles sea a la Rioja o al “cruce”. Aunque también es posible encontrar combis en la calle Callao que cobran 1,50 soles.



Una vez has llegado al cruce hay que ir en una de las moto-taxis que allí suelen estar aparcadas y que, pasando por el poblado de CALZADA, te llevan hasta la entrada al MORRO distante a unos 4 kilómetros. Normalmente cobran 5 soles hasta allí por dos personas. Un tipo nos dijo que nos cobraba 10 hasta “la cueva” que está poco más arriba de la entrada pero no vale la pena llegar hasta allí pagando 5 soles de más porque es un trecho muy corto. Para subir hasta la parte alta de este morro de 550 metros de altitud no se tiene que pagar nada.



Al inicio hay una especie de refugio que tiene un grifo de donde sale agua subterránea. Podría ser un bonito lugar para acampar de no ser porque en las tardes todo eso debe ser un hervidero de mosquitos y otros animales. Quizás esta parte baja del morro sea la mejor por tener una selva más tupida y donde no se notan mucho las alteraciones que la selva de esta zona está sufriendo. Lo que no quiere decir que en la parte alta de este inmenso cerro no haya nada digno de verse, al contrario, la caminata es una de las más bonitas que hemos hecho.


Por el lado derecho del refugio que se ubica en la entrada continúa un camino en ascenso. Al principio uno tiene la sensación de estar metido en el mismo corazón de la selva pues no hay ni casas, ni gente, ni nada alrededor que altere el hechizo. El sendero es uno solo y no hay desviaciones por lo que es casi imposible perderse aunque por momentos se estrecha o desaparece para ser reemplazado por inmensas rocas que hay que escalar pero después el sendero vuelve a aparecer.

Morro de Calzada - Moyobamba - San Martín

Morro de Calzada - Moyobamba - San Martín
Morro de Calzada - Moyobamba - San Martín

Trekking en la selva I: Hacia las cataratas del Gera

sábado, 27 de agosto de 2011

Luego de dejar el excelente “orquideario” Wakanki Center (ver entrada anterior) nos dirigimos de nuevo a la carretera que venía de Moyobamba y caminamos rumbo al sur, exactamente hasta los BAÑOS TERMALES DE SAN MATEO (1,50 soles la entrada, atienden de 6 am a 8 pm) adonde llegamos luego de caminar 5 minutos. Para mí fue toda una sorpresa saber que había aguas termales en plena selva, siempre imaginé que solo se les podía encontrar en los andes o en zonas mineras.
Los baños están ubicados en lo que es un “centro de esparcimiento” con campos de futbol y vóley, bares, tiendas de artesanía y demás. Las seis pozas de agua parecen ser usadas más como piscinas para el divertimento que como pozos de aguas curativas, además son muy pequeñas y sin ningún tipo de protección. Por momentos las personas que se bañaban en ellas parecían incómodas por la gran cantidad de gente con la que tenían que compartir tan reducidos espacios. El día que fuimos era feriado y parecía que medio Moyobamba estuviera allí relajándose y jugando al fútbol. Entramos y salimos con las mismas para seguir camino siempre hacia el sur…
Baños termales de San Mateo - Moyobamba - San Martín

Desde los baños caminamos hasta el “desvío” para tomar una combi que nos llevase a JEPELACIO: nuestra meta del día era llegar a las CATARATAS DEL GERA, aunque no sabíamos lo que nos esperaría. El hecho es que apareció por fin una combi que estaba casi repleta pero no teníamos otra opción pues nos sabíamos cuánto más tendríamos que esperar por la siguiente. Así que yo entré en ella doblado ya que no había asientos disponibles (por lo demás, una manera muy común de viajar en el Perú) y allí nos fuimos. En realidad las combis van hasta SAN MIGUEL pero previamente pasan por Jepelacio adonde llegamos luego de 20 minutos de viaje (el pasaje cuesta 3 soles por persona). Si tomas la combi desde la misma Moyobamba y te vas hasta Jepelacio el pasaje cuesta 4 soles y si vas hasta San Miguel, más al sur, el costo es de 6 soles.
Si el viajero quiere puede bajar en la plaza de Jepelacio para conocerla un poco y luego caminar por la vía que está al lado de la iglesia y que es la que lleva hasta San Miguel. Por ese camino se tiene que andar por unos 20 minutos hasta que la izquierda aparece un letrero que indica HACIA LA HIDROELECTRICA. Si no se quiere hacer este esfuerzo extra, que por lo bonito del paisaje diríamos que vale la pena, entonces no hay que bajarse en Jepelacio y avisar al conductor de la combi que bajarás en el “desvío a la hidroeléctrica”. Allí empieza el amplio sendero que se abre a través de la frondosa y hermosa selva que lo circunda; los paisajes que se puede ver conforme uno se adentra por aquí son ya un premio al esfuerzo del viandante. Es bastante seguro, no nos cruzamos con nadie y por toda compañía tuvimos el gorjear de algunas aves, el rumor que de las ramas de los árboles hacían al ladearse por el empuje del viento selvático y el olor penetrante, y hasta reconfortante, de la tierra mojada por las lluvias de los días pasados. Después de haber caminado 20 minutos por este sendero llegamos  hasta la “garita de control”. En ese momento se desató la lluvia y nos refugiamos dentro de ese puesto; quien estuviera en hora de cuidar el paso se había ido así que nos pusimos a leer su periódico y a llenar el crucigrama. Luego aparecieron un par de policías quienes eran los encargados de custodiar la bendita garita y nos dijeron que quizá no encontraríamos abierto el acceso a las cataratas, pero igual decidimos seguir cuando amainó la lluvia.
Luego de unos minutos pasamos por los puentes, represas y tuberías de la hidroeléctrica del río Gera que produce la energía eléctrica para toda esta región selvática. En la ventana de un pequeño edificio, desde donde seguramente se controlaban algunas de las máquinas de este lugar, vimos a un trabajador quien también nos dijo que no sabía si se podía llegar a las cataratas, mucha de la información que nos dio era algo ambigua.




Visitando Wakanki : El reino de las orquídeas

jueves, 25 de agosto de 2011


Muchas son las opciones que los alrededores de Moyobamba brindan al viajero curioso y ávido de lugares en los cuales poder tener un contacto directo con la esplendorosa naturaleza de la selva peruana. Por eso, en esta entrada relatamos nuestras andanzas por un rosario de lugares ubicados al sur de la ciudad, cada uno tan interesante como el otro y que seguro motivará a más de uno a quedarse en esta capital del departamento de San Martín para ir al encuentro de esos sitios donde no nos lleva nada más que nuestra inquietud y curiosidad.

Como ya dijimos en la entrada anterior esta región es célebre por sus plantaciones de orquídeas, hermosa planta a la que han dedicado monumentos y fiestas. Ya son célebres los “orquidearios” moyobambinos entre los cuales está el WAKANKI en el que se puede apreciar esa delicadeza vegetal en su máximo esplendor. Ubicado a 4 kilómetros al sur de Moyobamba, es posible llegar allí en un mototaxi (5 soles) y desde la carretera caminar hasta las mismas puertas del lugar por un sendero sin desvíos. La entrada cuesta 3 soles. Mi interés era sobre todo conocer a José Altamirano, dueño de este jardín y sobre quien había leído en una edición de la revista peruana Viajeros; él es una especie de “hombre orquesta” de varias iniciativas  y su determinación e ingenio está llevando adelante algunos de los más interesantes proyectos turísticos y de protección de la naturaleza de la zona.

Las áreas aledañas a Wakanki fueron en su tiempo deforestadas y mal usadas por campesinos invasores ávidos de nuevos espacios donde sembrar y cosechar dejando a su paso una desastrosa herencia de tierras arrasadas e infértiles y en el camino condenaban a la desaparición absoluta a muchas plantas entre las cuales estaban las ya muy amenazadas orquídeas. Es en ese momento en el que la familia Altamirano decide crear este refugio para ellas y le pusieron por nombre Wakanki que es una palabra que alude a una princesa en una leyenda inca. Hoy los resultados de ese esfuerzo saltan a la vista: se ha empezado a trabajar en comunidad para reforestar, algunos extranjeros han venido a comprar tierras y a seguir con el espíritu de la iniciativa y si todo sigue así seguro que en el futuro estaremos hablando de uno de las mejores y más fructíferas iniciativas en cuanto al cuidado, recuperación y respeto a nuestra ya bastante maltratada selva. 

Lamentablemente no encontramos a José pues había viajado pero en su reemplazo no podíamos tener mejores guías: dos guapas, amigables y sonrientes niñas que eran todo un dechado de conocimiento de plantas, naturaleza y costumbres; conocimiento del que ya quisiera uno al menos tener un pequeña porción. Ellas eran Milagritos, hija de José, y su prima Loana. Luego de andar por un pequeño puente de madera nuestras guías nos condujeron por un enrevesado camino que se abría paso entre la refrescante semioscuridad de un mundo vegetal. Por fin llegamos hasta el corazón del jardín y aquí y allá aparecieron como tímidas explosiones de color en medio de la fresca sombra las hermosas y extrañas puntas de las heliconias “pico de oro” y colgando de las ramas de los árboles, como pendientes que las adornasen, las orquídeas “Góngora” (Gongora spp).


Heliconia - Orquideario Wakanki - Moyobamba - San Martín
Orquideario Wakanki - Moyobamba - San Martín

Orquideas góngora - Orquideario Wakanki - Moyobamba - San Martín

Milagritos me ve apuntando todo lo que ella dice y al ver mi ignorancia para escribir correctamente los nombres científicos que ella me dicta decide tomar mi cuaderno de apuntes y con su letra redonda y ladeada escribe una lista de todas las plantas que vemos. Se lo agradezco infinitamente, era como que me dictaran en chino sin embargo a la enana se le veía tan segura de sí misma trascribiendo toda la información que le pedía. Aun sabiendo de antemano la respuesta les pregunto a las niñas qué van a estudiar cuando sean mayores: “Forestales” me responden casi al unísono. Qué tranquilidad, pienso, al menos una parte de nuestra selva estará en buenas manos en el futuro. Este amor por las plantas y la naturaleza les viene a las niñas desde la cuna, sus abuelos, padres y tíos están todos unidos en el esfuerzo por cuidar y mimar a muchas de las especies de orquídeas en peligro de extinción y se han puesto como meta descubrir y catalogar nuevas especies. 

Moyobamba: de la selva su tranquilidad

martes, 23 de agosto de 2011


Mucha gente cree que Tarapoto es la capital del departamento de San Martín debido a su vitalidad y por momentos simpático desenfreno. Cosa natural, solemos atribuir a las capitales desorden y movimiento perpetuo y es por eso que cuando uno llega a Moyobamba y de entrada disfruta de esa impagable sensación de tranquilidad y placidez con que los nativos parecen vivir aquí uno piensa que ha llegado a un pueblo grande y no a una capital de departamento. 

Moyobamba fue fundada en 1542 pero lamentablemente los muchos terremotos que ha sufrido se trajeron abajo varios de los edificios históricos con los que contaba y que nos puedan dar idea de su viejo esplendor. Es ahora célebre por sus plantaciones de orquídeas (el 10% de las especies conocidas en todo el Perú se hallan aquí) a la cual tienen en mucha estima, tan es así que hay un monumento en honor a esta bella planta a la entrada de la ciudad y se celebra su florecimiento con un festival cada mes de octubre. 

Plaza de Moyobamba  - Foto de la página rpp.com
La ciudad se ubica en un desnivel que la coloca a más de 90 metros sobre las aguas del río Mayo cosa que permite la existencia de varios rincones llamados “puntas” o “miradores” desde donde se puede tener una agradable vista de los paisajes selváticos que la circundan. Hicimos un recorrido por las mismas para ver qué sorpresa nos deparaban…

Malecón San Juan - Moyobamba - San Martín.



Empezamos conociendo la punta TAHUISHCO localizada a 10 cuadras de la plaza, previo paseo por el Malecón San Juan que es una zona de bares y discos. En esta punta los fines de semana hay un buen ambiente y algún pequeño concierto que  anima a tomarse unas cervezas y tener un buen pretexto para reunirse con los amigos y reír por reír.  Desde aquí se tienen las mejores vistas de la selva y si el viajero lo desea puede bajar hacia el puerto, también llamado Tahuishco. Por lo que averiguamos en el embarcadero se puede encontrar algún bote y darse un paseo por el río Mayo por 30 minutos y que está a 40 o 50 soles en fines de semana. También hay botes para cruzar a la otra orilla y adentrarse un poco en la espesura de la selva.

Bienvenidos al Santa Rosa Raymi de Lamas

sábado, 20 de agosto de 2011

 
Así que volvimos a Lamas cuya fiesta conocida como el SANTA ROSA RAYMI fue uno de los motivos por los que nos aventuramos por el circuito turístico nororiental del Perú (en la entrada anterior ya explicamos el modo de llegar, desde Tarapoto, a este pueblo conocido por tener “tres pisos”). Sobre esta celebración dice el antropólogo Luis Calderón que no se sabe el motivo por el que una santa limeña ha llegado a ser venerada en un pueblo de la selva amazónica pero si propone con seguridad el año de 1876 como inicio de la celebración.

Un halo bochornoso, que en otras fechas bien podría haber sumido al pueblo entero en un adormecimiento ilimitado, parecía enroscarse en cada esquina aunque esto no era óbice para que haya un ambiente de fiesta por la celebración de la 24va semana turística de Lamas. Casi toda la gente que encontramos en la parte mestiza dirigía sus pasos hacia el camino en bajada que llevaba hasta el epicentro de la alegría de esos días: el barrio de WAYKU. Camiones repletos de ollas y animales pasaban también con apuro, nadie quería dejar de ser parte de la alegría.

Al llegar a la plaza ya algunas bandas de música habían empezado a tocar y animaban el día. Podría decir que éramos los únicos “extranjeros” allí… bueno para hablar con propiedad era mi esposa Pilar la única extranjera cosa que nos llenaba de alegría (no sé si el organizador de la fiesta comparte mi opinión) ya que éramos testigos privilegiados de una fiesta verdaderamente original. Puede sonar egoísta decir que estábamos contentos de ser, aparentemente, los únicos visitantes de lugares lejanos que participábamos en esa fiesta; pero es que nuestra filosofía viajera es siempre ir a lugares que están un poco al margen de los clásicos circuitos turísticos y a donde se llega en transporte público y donde nada, o casi nada, es una puesta en escena para deleitar a los turistas. Ojala y los viajeros que tengan en el futuro la inmensa fortuna de participar o ver de cerca esta fiesta respeten las tradiciones y la misma siga sin masificarse ni degenerar en una “actuación” llena de melindres y afectaciones vacuas hechas a medida para que las agencias de viaje “hagan su agosto”, nunca mejor dicho teniendo en cuenta que la fiesta se celebra en la última semana de ese mes que a su vez coincide con el final del tiempo de cosecha de café y algodón, tiempo ideal para renovar lazos comerciales entre las distintas comunidades que se congregan en Lamas.

Santa Rosa Raymi de Lamas - San Martín - Perú

Santa Rosa Raymi de Lamas - San Martín - Perú

Hasta que empezó la fiesta con el canto del himno nacional y del izamiento de la bandera peruana y la que supuestamente era del Tahuantinsuyo. Aquí hay que hacer una aclaración importante pues sabiendo nosotros que la colorida bandera inca suele ser venerada sobre todo en los pueblos de los andes del Perú, y en alguna que otra discoteca gay, ¿cómo es que un pueblo selvático conmemora su mejor fiesta con una clara disposición “andina”?. La explicación es que se cree que los lamistas en verdad son descendientes de una de los muchos pequeños reinos o estados del ande que fueron o bien perseguidos por los incas, lo cual motivó a esos pueblos a refugiarse en el espesor de la selva, o bien que una vez conquistados por los cuzqueños fueron obligados a movilizarse lejos de sus tierras como castigo a su rebeldía y así es como esta gente llega a las puertas de la gran Amazonía. De ahí que Lamas sea el único (quizás haya más pero no tengo conocimiento de ello) pueblo quechua hablante en plena selva, cosa que se puede comprobar al ver las grafías escritas en varios de los carteles que han sido puestos en muchas calles de Wayku y que son netamente quechuas.

Al pie de la bandera había unas niñas cuyas cabecitas estaban engalanadas de cintos y flores de vivos colores los cuales hacían un bonito contraste con la bella negrura de sus largos y lacios cabellos. Ellas parecían un reflejo en pequeña escala de las mujeres adultas de Lamas quienes también ataviadas con ropas multicolores miraban silenciosamente desde las benignas sombras de los árboles la ceremonia de inauguración de la festividad.

Santa Rosa Raymi de Lamas - San Martín - Perú

Santa Rosa Raymi de Lamas - San Martín - Perú

Encantos y colores de Lamas

jueves, 18 de agosto de 2011


CHAZUTA: El viaje que no pudo ser

Habíamos oído hablar de CHAZUTA y en verdad que teníamos muchas ganas de visitarlo. Las fotos que encontramos sobre este lugar fueron un buen estímulo. Además tenía un añadido especial: es un lugar muy poco visitado, algo al margen del clásico circuito turístico de San Martín que lleva a casi todos los visitantes a lugares como la laguna Sauce, un bello lugar, dicho sea de paso. Por lo que sabíamos el pueblo tiene unas interesantes urnas funerarias pre incas que se muestran en un museo, buena artesanía y sobre todo una catarata llamada TUNUNTUNUMBA onomatopéyico nombre que trata de reproducir el sonido que las aguas de esa cascada hacen al caer.

Para llegar a Chazuta tomamos una moto (1 sol) hacia el paradero de coches que salen hacia ese pueblo en la calle Olaya de Tarapoto y allí nos enteramos que la carretera estaba cerrada por obras desde las 06 a. m. hasta las 06 p. m. por lo que había que salir muy de madrugada (entre la 1 a. m. y las 5 a. m.) y quedarse en Chazuta todo el día y regresar desde allí también de madrugada. El pasaje cuesta 12 soles, el viaje dura 1 hora 30 minutos. Si se quiere continuar hacia las cascadas desde el pueblo hay que ir hasta el caserío de TUNUNTUNUMBA en botes y desde allí caminar. Las obras en la carretera durarán más o menos un año (el viaje lo hicimos en setiembre del 2010) y parece que se están haciendo subrepticiamente porque ni en la oficina de turismo estaban al tanto.

LAMAS: Un pueblo andino en medio de la selva

Abortado el viaje a Chazuta decidimos adelantar nuestra visita a LAMAS a donde pensábamos ir el 30 de agosto día en que se celebra allí el gran SANTA ROSA RAYMI. Así que fuimos al paradero de autos que van hacia ese sitio y que se encuentra en la cuadra 10 de Alfonso Ugarte, Tarapoto. El pasaje cuesta 4 soles por persona y el viaje se hace en 30 minutos.

Considerada “capital folclórica” de la Amazonía peruana y una de las ciudades más antiguas del oriente peruano, Lamas es un pueblo que está dividido en tres niveles siendo la parte de abajo (el barrio de Wayku) donde vive la totalidad de la población nativa quechua lamista en sus típicas casas de adobe y sin ventanas cuyos techos están cubiertos de grandes hojas de palma. En el sector medio vive la población mestiza y en la parte superior se ubica el mirador y la Cruz de los Motilones.

En la parte mestiza, es decir la del medio, hay una bonita plaza adornada con imágenes que conmemoran a la mujer lamista. Luego visitamos el “Museo LOS CHANCAS” (jirón San Martín 1157. Teléfono 042- 543026, 2.5 soles la entrada. Atienden hasta las 06 y 30 pm). Buen lugar para introducirse en la cultura de Lamas y en sus tradiciones. En una sala tienen representaciones de las diferentes fiestas y celebraciones del pueblo que hace que la experiencia sea enriquecedora. Allí conocimos danzas como la de los “Carachapas” que está relacionada con la caza y en la que los bailarines se visten con largas hojas secas que les cubren el cuerpo entero; o el de “La Cajada” que se danza al ritmo de pífanos y percusión y en la cual los hombres llevan atados a las ropas algunos animales discados. Del mismo modo aprendimos sobre ciertos rituales lamistas como el del “Aconsejamiento” que consiste en darle unos latigazos a una pareja que está por casarse o el “Lanta tipina” que es cuando un padrino le corta el pelo a un niño cuando éste cumple 8 años.

Plaza de Lamas - San Martín - Perú

Museo Chanca de Lamas - San Martín - Perú

Museo Chanca - Lamas - Perú

Dejamos el museo y salimos de nuevo hacia el calor que se maceraba en las calles empolvadas del pueblo. En la cuadra 13 de la calle Lima, doblando hacia la izquierda, aparece como una alucinación producto del calor el Castillo de Lamas (entrada 5 soles) que es una especie de delirio medieval europeo asfixiándose en medio del bochorno selvático. Y en la cuadra 12 del mismo jirón Lima hay una bifurcación que da hacia una vía que desciende hasta Wayku. En el camino conocimos a Medardo, un hombre lamista que llegaba de trabajar del campo acompañado de su pequeño hijo, un amigable niño que cargaba a la espalda, atadas con unos cinchos, unas gallinas “ponedoras.” En el camino Medardo  nos comentó que había una catarata llamada CHAPAWANKI el cual se podía visitar caminando desde Lamas aunque también es posible llegar allí en una moto taxi por 30 soles en un viaje que dura 30 minutos.  Si se prefiere caminar se puede necesitar unas  2 horas aproximadamente. Para ello hay que tomar la calle Lima que luego se convierte en la carretera hacia Urcopata, en el camino hay un letrero que indica el desvío hacia las cataratas. Nos despedimos de nuestro nuevo amigo quien nos invitó a regresar al día siguiente porque la fiesta se “iba a poner bacán”.

Castillo de Lamas - San Martín

En Tarapoto: Un duro caminar hacia las cataratas de Huacamayllo

martes, 16 de agosto de 2011


Nuestras aventuras en el Circuito Nororiental del Perú no se detienen. Así que dejamos la costa norteña del Perú y toda su historia y sus viejas ciudades cubiertas de siglos y polvo del desierto y en un alucinante salto geográfico empezamos nuestras andanzas por la selva norte. Nuestro punto de partida sería un lugar rodeado de grandes cataratas y mucha naturaleza y puerta de entrada a la bella y amenazada amazonía…

Cuando el viajero llega a Tarapoto confirma las ideas preconcebidas que se tienen de una típica metrópoli selvática: el bullicio inacabable de los motores de los mototaxis que pasan raudos por estrechas calles, la fosforescencia que atilda las paredes de algunos bares, la alegría bullanguera de los mercados, el cemento por doquier –aunque no deja de haber por allí salpicado entre el concreto alguno que otro pequeño parque- y una sofocación que sirve de pretexto para tomarse una cerveza fría cada dos calles.
Tarapoto es una especie de  “puerto de avanzada” hacia la selva más profunda pero al mismo tiempo respira a través de esa especie de cordón umbilical que es la carretera que la une hacia la costa. Otrora ciudad favorita por la baronía de la droga para llevar adelante sus negocios, es hoy un lugar ya sin esos problemas aunque tiene que afrontar varios nuevos: la deforestación de sus bosques por la insaciable ambición de los taladores de árboles y por el incontrolado deseo de los agricultores “golondrinos” que buscan nuevas tierras de cultivo barriendo la selva.
Hay buen ambiente en Tarapoto, sobre todo en su cuidada plaza, y si se quiere callejear un poco por ahí los nativos suelen recomendar ir a la fábrica de chocolates LA ORQUIDEA (Jirón Santa Mónica al 200) donde atienden de lunes a viernes de 8 a 12 am. Otro sitio que se considera de interés es el Centro de Rescate de Animales URKU (Jr. Saposoa 181. Teléfono 42 - 527964) que recibe a los amantes de los amigos de 4 patas de 8 am a 12 am y de 3 pm hasta las 4 pm. Entrada 6 soles. Hay un orquideario cuya entrada cuesta 10 soles pero en la oficina de turismo nos dijeron que las mejores orquídeas son las de Moyobamba así que mejor esperaríamos ir allí. Y el non plus ultra de la sazón tarapotina se puede encontrar en la COLLPA RESTAURANT en el parque Cabo Leveau. Provecho.

Plaza de Tarapoto. Foto de la página Ecotravelperu
Pero vamos que hay que salir a ver los encantos selváticos fuera de los linderos de la ciudad,  esos lugares que aún soportan estoicamente la presión de la explotación ilimitada que le hacemos padecer a la naturaleza.  Allí nos fuimos al día siguiente de nuestra llegada. Sobre todo a ver una de las cataratas de San Martín, departamento peruano que debe tener las más bellas cascadas. La más cercana a la ciudad de Tarapoto, y la más promocionada, es la de AHUASHIYACU a donde se puede ir tomando previamente un coche  que normalmente cobra 60 soles. Es mejor ir con más gente para dividir el gasto y que la cosa salga más barata. A nosotros nos pareció muy caro pagar 60 soles, incluso 15, por un tour a un lugar que está a solo 15 kilómetros (en dirección a Yurimaguas) y al que se llega en 30 minutos. Pero si prefieres ir allí los coches se toman en la “Cochera” de la Plaza de Armas y la entrada a la catarata es de 3 soles.  Que sepamos no había combis. De todos modos, por el hecho de estar tan cerca y de tener un acceso relativamente fácil pensamos que estaría repleto de visitantes por lo que creímos que era una mejor opción ir a otra de las cascadas, una que estuviera un poco más lejos…
UN DURO ANDAR HACIA LAS CATARATAS DE HUACAMAYLLO
Muchas veces se recomienda ir ahí con un guía porque es mucha la distancia a caminar y el sendero no está bien definido. Nosotros nos confiamos un poquito en nuestra intuición y no nos falló afortunadamente. Pero si no tienes mucha experiencia caminando es mejor que vayas en grupo o con alguna buena referencia.
Para llegar hasta estas cataratas hay que ir hasta el pueblo de San Antonio de Cumbaza en el valle del Cumbaza. Los coches para ese pueblo se pueden tomar en el Jirón Pedro Torres, al lado del COLISEO DE TARAPOTO (1 sol en mototaxi desde el centro). El precio del pasaje es 3 soles y el tiempo de viaje 40 minutos. Hay que pedirle al chofer bajarse en “el camino hacia la catarata” el cual empieza un poco más arriba de la plaza de San Antonio, exactamente frente al colegio inicial 065 ubicado en una esquina.

Plaza de San Atonio de Cumbaza - San Martín


Zaña : Los misterios de un "pueblo maldito"

domingo, 14 de agosto de 2011


Cuando llegamos a Zaña nos dio la apariencia de que el pueblo estaba estancado en la sugestiva placidez que brinda siempre lo decadente. El polvo del desierto que lo circunda parecía haberse metido en todos los repliegues del poblado y haberle contagiado su infertilidad. Contadas personas caminaban parsimoniosamente por las calles como si cargaran sobre sus hombros una invisible carga producida por el calor del mediodía.  

Todo parecía vacío de un hálito de vida hasta que llegamos al fastuoso CONVENTO DE SAN AGUSTIN y escuchamos a doña María Antonieta (Antonia para los amigos) entonarnos unas décimas (una expresión poética que es tradicional entre los nativos de Zaña desde hace mucho) y explicarnos, con su voz cantarina y sus maneras de dama de abolengo, la historia de este poblado mientras nos vendía las entradas, y entonces nos dimos cuenta que Zaña estaba más viva que nunca y que la tradición que sus gentes ha creado sigue perviviendo en personas como Antonia. 

Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque
Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque

Antes de visitar este lugar yo creía que lo que iba a encontrar serían unas cuantas ruinas y un pueblo desolado que aguantaba como podía el paso del tiempo pero lo que encontré es que allí pasan cosas interesantes ya que hay una comunidad que se esfuerza para que las tradiciones de este lugar se mantengan, resistan la indiferencia y la modernidad y perduren aún a la sombra de sus fascinantes ruinas. Baste para ello con saber que el Taller de Danzas Afro Peruanas Santo Toribio de Mogrovejo anima, con éxito, a los jóvenes del pueblo a aprender las danzas que sus ancestros africanos trajeron aquí cuando vinieron esclavizados a trabajar los campos; o ver lo mucho que se han preocupado en adecentar y facilitar la visita hasta para los usuarios de sillas de ruedas (algo nada común en el Perú) a las impresionantes ruinas del Convento de San Agustín, aunque cierto es que se podría mejorar; o sentir en el paladar el sabor de la tradición que por ahora está a buen recaudo en las manos de doña Aurora Andonayre quien vende dulces típicos de Zaña y exquisiteces en su casa (frente a las ruinas del convento; hay un letrero, tocar timbre) con recetas que aprendió de los padres y los abuelos y que según cuenta, con suma amabilidad y bonhomía, ya ha sido entrevistada por varios canales de televisión y que tiene como esperanza que los jóvenes se interesen más y más en continuar con el arte de hacer dulces caseros y adictivos.

Pero veamos un poquito de la historia para entender mejor las cosas. La Villa de Santiago de Miraflores de Zaña fue fundada en 1563 mientras los españoles buscaban sitios apropiados donde aposentarse. Aunque antes de ellos esta zona era conocida como Sañap por los nativos que solían vivir en las faldas del cerro Corbacho. Los motivos por los que los hispanos escogieron este sitio para fundar una ciudad fue por su excelente ubicación a medio camino entre el mar y las sierras, por el buen sistema de riego que allí habían hecho los indígenas y por tener muy cerca un río a cuya vera levantaron inmensas iglesias y casonas… esto último iba a tener consecuencias trágicas. El estar al centro de una red de vías comerciales hizo que la villa llegara a ser una ciudad opulenta, tanto que se dice que casi se convierte en la capital del país. Pero fue esa misma riqueza el motivo de su tragedia como contaremos más adelante.

Se comenta que las mejores muestras de aquitectura española de los siglos XVI y XVII del norte del Perú están en este pueblo aunque lo que haya por ver sean más que nada ruinas. Los lugares que se tienen que visitar aquí son sobre todo las vestigios que quedan de algunas de las iglesias que tuvo en la época colonial y que dan muestra de la magnificencia de la que alguna vez gozó. Hay que ir como ya dijimos al Convento de San Agustín (entrada 3 soles) que fue sin lugar a dudas la joya arquitectónica de este lugar. Fue construida en 1584 y abandonada en 1830. La entrada clásica aun deja ver lo imponente que debió ser el edificio y lo ricamente ornamentado que estuvo. Por momentos esta entrada, y varias de las otras que veríamos más adelante, me hizo recordar a las que habíamos visto el día anterior en Túcume Viejo. Dentro, los altos techos de sus naves, las paredes encaladas, alguna que otra moldura o adorno que ha sobrevivido a las catástrofes, el gran patio rodeado de arcos y otros detalles sirven de acicate para la imaginación del viajero que no puede dejar de sentir el estímulo y completar con sus sueños y fantasías aquello que el tiempo y la mano del hombre se ha llevado.

Ruinas del Convento de San Agustín - Zaña - Lambayeque


Caminando entre pirámides: Túcume

sábado, 13 de agosto de 2011


Continuación de la entrada anterior en la que habíamos conocido el Museo Tumbas Reales de Sipán y el interesante pueblo de Lambayeque. Ahora era el momento de seguir en la ruta y visitar las afamas pirámides de Túcume...

El museo de sitio Túcume fue construido en 1991 siguiendo el modelo de las capillas coloniales tempranas hechas con mano de obra indígena y siguiendo un estilo de raíces pre hispánicas: “las ramadas” que eran construidas con caña, barro, bloques de adobe y madera de algarrobo. Actualmente cuenta con iluminación natural y se abastece de agua mediante un molino de viento, todo lo cual ha hecho que sea merecedor de premios internacionales de arquitectura. En el recinto hay buenas maquetas, interesantes gráficos a modos de cómics que de una forma lúdica y entretenida nos dejan conocer más sobre la historia de la cultura Lambayeque. Si se quiere el servicio de guiado hay que pagar 20 soles. La entrada al museo y los restos de Túcume cuesta 8 soles y 3 para estudiantes. 

El viajero puede elegir entre 2 rutas para visitar los restos de Túcume: la A y la B, nosotros tomamos la A que incluye la visita al Museo de sitio, Sala temporal y la subida al Cerro Purgatorio. Es bueno llevar gorra, protección y agua ya que no hay ninguna tienda. Caminamos por el sendero que ha sido habilitado sobre el desierto y que era a veces interrumpido por el magro verdor de algún algarrobo o un pequeño cactus. El sol flameaba en medio del cielo y parecía reverberar en las piedras; la sombra alargada de algún gallinazo, que volaba casi en circulos, se dejaba ver reflejada como un punto movedizo sobre la larga extensión de tierra seca.

Túcume - Lambayeque
Con algo de esfuerzo subimos hasta la cima del CERRO PURGATORIO y desde allí tuvimos una vista insuperable: las 200 hectáreas de muros roídos por los elementos, plazas y 26 pirámides de adobe que conformaron alguna vez la capital de la cultura Sicán (ojo con confundir con el mucho más antiguo Señor de Sipán perteneciente a la cultural Moche o Mochica). Pero no crean que en toda esta inmensa extensión solo las lagartijas y los algarrobos sean lo único que evidencia que no estamos en un paisaje lunar. En los grandes espacios que hay entre las pirámides extensos y ubérrimos bosques crecen y permiten la vida gracias a los canales de regadío, algunos de los cuales fueron hechos por los mochicas para poder expandir su poderío en una de las costas más agrestes del mundo. Desde aquí también pudimos ver LA HUACA LAGA que es el edificio de adobe más extenso del lugar y probablemente del mundo: 700 metros de largo, 280 ancho y 30 de altura y en donde se ha hallado hasta restos incas.


Túcume - Lambayeque

Entre el museo del Señor de Sipán y los viejos esplendores del pueblo de Lambayeque

viernes, 12 de agosto de 2011

Ya habíamos conocido en la entrada anterior los pueblos de la costa lambayecana, era hora de ir a ver la zona de tierra adentro de este departamento y conocer los lugares que le han dado fama y la ha convertido en un emergente polo turístico del Perú. Nuestra primera parada por los villorios del interior iba a ser el pueblo de Lambayeque...    

En su momento fue la ciudad más importante de la zona pero ahora ha cedido ese privilegio a Chiclayo pero entre sus calles quedan aún vestigios que nos bridan una idea de ese añejo y perdido esplendor. El pueblo (que tiene el mismo nombre del departamento en donde está ubicada y cuya capital es Chiclayo) es visitado sobre todo por los extraordinarios museos que alberga pero hay que darse también tiempo para perderse entre sus calles y avenidas y conocer su más que interesante conjunto urbano, en irregular estado de conservación lamentablemente, y hacerse una idea de la fastuosidad y riqueza que alguna vez pudo haber detentado este lugar.

Para llegar desde Chiclayo a Lambayeque tomamos una combi (1.20 el pasaje) en el mismo paradero desde donde un día antes partimos hacia Pimentel, es decir en la esquina de Vicente de la Vega y Leonardo Ortiz (frente a la estación de buses de la empresa Oltursa). Hay que pedir “bajar en el Museo” y desde allí caminar 5 minutos hasta ver a lo lejos el espectacular perfil de MUSEO TUMBAS REALES DE SIPAN: una especie de pirámide que recuerda a las construcciones mochicas, pintada de color bermellón y en cuya parte alta refulgen imágenes de ídolos moches. Entrada 10 soles adulto, 4 soles estudiantes peruanos. Las fotos están prohibidas.

Lambayeque (ambos, departamento y pueblo) pueden presumir de tener uno de los mejores museos del continente. No le pudo haber pasado algo mejor a este pueblo en donde los “huaqueros” (expoliadores de tumbas y templos mochicas) se convirtieron en una figura casi tradicional y donde era de lo más normal dedicarse a su ilícita actividad. Hoy la gente de este lugar ve con agrado y entiende que más se gana conservando, respetando y exponiendo al mundo ese patrimonio que traficando con él. Sabido es que este fantástico museo acoge todo aquello, o gran parte, de lo que el arqueólogo Walter Alva y su equipo encontraron en Huaca Rajada, la última morada del fastuoso Señor de Sipán, descubrimiento que los expertos pusieron a la altura del hallazgo de la tumba de Tutankamón o a la del emperador chino en Xian y sus 8.000 guerreros de terracota.

Museo Tumbas Reales de Sipán - Lambayeque

Al entrar a las salas de este recinto el viajero se encuentra metido en una sitio donde reina el silencio y la oscuridad, cosas absolutamente necesarias para poder entender y aprender más sobre las manifestaciones culturales de una de las más enigmáticas y fascinantes sociedades pre incas. La penumbra hace que el visitante se guie por el relumbre de los trabajos en metal que los fantásticos orfebres moches fueron capaces de hacer. Allí se expone también muestras de la cerámica mochica que debe ser, también, una de las mejores de esta parte del mundo: las vasijas (llamadas huacos) son un muestrario extraordinario de lo que fue la sociedad de entonces: vestimentas, enfermedades, comidas, fiestas, jerarquías sociales y hasta posturas sexuales se nos muestran y nos envían un certero reflejo de los destellos de aquel mundo que se expandió en los desiertos costeros del Perú mientras el gigante imperio romano caía en manos de los bárbaros. También hay una excelente representación de la tumba en que fue hallado el Señor de Sipán  y el final se cierra con broche de oro frente a un gran diorama que representa en tamaño natural la corte de este poderoso señor. Las figuras que convergen en esta escena han sido hechas a semejanza de varios habitantes del actual pueblo lambayecano. No asustarse si de pronto se apagan las luces y la corte en pleno parece acercarse hacia ti: son piezas mecánicas que se mueven y hasta hacen sonidos creando para el visitante una atmosfera casi real y que le da una idea de la majestuosidad con la que ese hombre se movía entonces en el norte peruano.

Hay otro museo que es muy bien considerado por todos y que es llamado el BRUNING al que no pudimos visitar por falta de tiempo. Si estás sin apuros y aún te quedan ganas de seguir aprendiendo sobre los famosos moches pues éste es el lugar indicado para seguir haciéndolo.  

Desandamos el camino que nos trajo hasta el museo, cruzamos la avenida que viene desde Chiclayo y nos fuimos hasta la tranquila plaza de Lambayeque. Allí emergen las macizas y redondas torres de la iglesia San Francisco y las fachadas de algunas casonas que se esmeran aún en mostrar la calidad de su factura. Esta es la parte vieja del pueblo de Lambayeque, que en su tiempo fue capital de provincia y lugar favorito de los terratenientes que construyeron aquí sus mansiones hasta que se empobrecieron. 

Hay que caminar por las calles 2 de mayo y 8 de octubre, ambas al lado de la iglesia San Francisco, y darse así un viaje en el tiempo: casonas derruidas, otras a punto de venirse abajo, caserones con balcones en donde desde hace un buen tiempo ya no se posa nadie, ventanales inmensos desde donde solo nos miran fantasmas, viejos esplendores derruidos. Alguno que otro edificio ha tenido la suerte de aguantar el peso y el paso del tiempo gracias a sus esmerados habitantes.

Plaza del pueblo de Lambayeque - Lambayeque

En tierras moches: Chiclayo y los pueblos costeros de Lambayeque

jueves, 11 de agosto de 2011


En Chiclayo iniciamos nuestras aventuras en el circuito nor oriental peruano, del que ya hemos hablando en la entrada anterior. Espero que les guste y sobre todo sirva para cuando se decidan a dar una vuelta por las tierras moches...


Chiclayo, capital del departamento de Lambayeque, es una ciudad que se ha desarrollado en una constante metamorfosis desde hace mucho tiempo. En sus alrededores nacieron civilizaciones como la Mochica o la Lambayeque para luego no tener mucha importancia como ciudad colonial ya que no llegó a tener entonces la relevancia de lugares cercanos como Zaña o Lambayeque. Es con la llegada del siglo XX, y sobre todo durante los últimos decenios de la misma,  que se transforma en una de las ciudades económicamente más sólidas y al mismo tiempo una especie de “meca” del turismo por los muchos extraordinarios museos que posee, por su exquisita gastronomía y, sobre todo, por los relativamente recientes descubrimientos arqueológicos que se han hecho en sus tierras.


El hecho de no haber sido considerada sino una ciudad de paso para mercaderes que venían desde las sierras hasta las costas peruanas hizo que no hubiera gran esmero en las construcciones de palacetes o casas adornadas con balcones y lujosos enrejados como fue el caso de Trujillo por ejemplo. Esto no quiere decir que la ciudad carezca de historia pero lo que ahora se promociona para visitar en ella son sobre todo su Catedral de finales del XIX, el bonito y moderno “Paseo de las Musas” (entre las calles Balta y Garcilazo) en el cual se ven muchas esculturas de figuras de la mitología griega que han dejado por un tiempo el Olimpo para aterrizar ingeniosamente en tierras moches y que es el lugar favorito de chiclayanos y parejas en busca de solaz y rincones íntimos para jurarse amor. Y otro punto para conocer es el Mercado Modelo (abierto de 9 a 17 horas) que debe ser de los más interesantes en Perú. Es muy grade y entre las cosas que allí se pueden conseguir van desde las frutas hasta pociones y amuletos hechos con piel de serpiente, grasa o huesos de animales y demás hierbas. Amén de contactar con un brujo para que te haga uno de sus rituales de sanación o de convocatoria a las buenas vibras y la suerte.

 
Catedral de Chiclayo - Lambayeque
Paseo de las Musas - Chiclayo - Lambayeque

Como pasa con muchas ciudades lo mejor y más llamativo de Chiclayo está en sus afueras así que para conocer algunas de las perlas que la han hecho famosa decidimos salir a buscar el encanto de las tierras chiclayanas. Y no hay mejor modo de empezar que dirigirse hacia el mar: una retahíla de pueblos de antiquísima tradición pesquera esperaba por nosotros.


PIMENTEL


El paradero de combis hacia este pueblo se ubica en la esquina de Ortiz y Vicente de la Vega, a unas cuantas cuadras de la Plaza de Chiclayo. El pasaje es 1.20 soles y el trayecto dura 20 minutos. Pimentel tiene una bien cuidada plaza llamada Diego Ferré. A pocas calles de este lugar están las playas que cada verano son el lugar preferido de los chiclayanos. Nosotros fuimos en invierno y aunque la niebla cual guirnalda blanquecina parecía colgarse de la nada para cubrir el horizonte y el mar algo embravecido el sitio no dejaba de tener encanto. Caminamos por el largo, viejo y famoso muelle (el más extenso del Perú) que parece una larga y curva avenida de madera penetrando en el mar. Se puede caminar por una parte de este muelle pero hay que ir con cuidado porque algunas partes del suelo están algo inestables y puedes tropezar. En la parte donde antes se dejaba entrar a los turistas, casi al final, ahora está cerrado por precaución. Luego nos fuimos a caminar por las orillas y a ver de cerca las curiosas barquitas conocidas como “caballitos de Totora” algunos de los cuales estaban tirados como si fueran barrigones animales varados en las playas de arena blanca. Es bueno saber que estas embarcaciones son parte del patrimonio cultural de esta región pues han sido hechas y usadas desde hace miles de años. Era hora de continuar nuestro recorrido por los poblados pesqueros del litoral lambayecano ahora hacia el pueblo de Santa Rosa. Las combis hacia este lugar pasan a 2 cuadras de la plaza de Pimentel (0,80 céntimos el pasaje).


Dato para el viajero: en caso esté impelido por cierto apuro fisiológico en el municipio de Pimentel hay baños gratis y limpios, lo decimos porque no encontramos ningún baño público en el pueblo.



Pimentel - Chiclayo - Lambayeque

Aventuras en el Circuito Turístico Nor Oriental peruano

martes, 9 de agosto de 2011


Gente venerable y alguno que otro intelectual consideran que en este mundo “occidentalizado” y posmoderno donde todo se muestra en tv, internet o en prensa y a cuyos rincones no hay avión o bus que no llegue, ya no se puede viajar a la aventura ni descubrir nada nuevo ni tener un ápice de emotividad en el movimiento. No les culpo, quizás el desaliento se alimenta de la idea de que hoy todo está “turístificado”, lleno de resorts y vuelos low cost y por ende la magia y el hechizo del viajar se ha desvanecido y fueron ellos los últimos de una especie irrepetible: esos nómadas que nos traían en sus escritos o fotos noticias de un mundo que entonces era remoto y que hoy parece estar al otro lado de la calle.
Sin embargo creo que no es tan cierto que ya no haya magia en los viajes que hoy se hacen y que todo lugar esté ya alterado por la industria “sin chimeneas” (graciosa denominación que no quiere decir que la actividad turística no sea contaminante, pero ése es otro tema). Soy un entusiasta y un soñador que sí cree que hay sitios a los que se puede ir y sentir todavía, al menos en dosis pequeñas, esa epifanía que seguramente sintieron los viajeros y aventureros que le dieron rienda suelta a una vitalidad y hambre de mundo desmesurados y salieron a ver los rincones de este fascinante planeta con sus propios ojos. Las entradas que desde ahora escribiremos tratarán, humildemente, de demostrar que es así.

Ruinas coloniales de Zaña - Lambayeque - Perú


Ruinas coloniales de Zaña - Lambayeque - Perú

Ruinas pre incas de Túcume - Lambayeque - Perú
Sabido es que cuando se habla de Perú una apabullante mayoría de gente que ha visitado el país dirá que ha conocido el famoso “circuito sur” (algunos le llaman el “gringo trail”) en donde se hallan Arequipa, Puno y que se cierra con broche de oro en Cuzco y en la gema del turismo peruano: Machu Picchu. Es de hecho el trayecto más afamado y más vendido por poseer la infraestructura suficiente que permite conocer sus encantos de un modo formal, casi ordenado y sin preocuparse por las incertidumbres que crean los lugares que no cuentan con las mismas facilidades. Aunque es menester decir que pese a tener toda una infraestructura bien dispuesta para el turismo masivo hay todavía muchos lugares en ese “circuito sur” en la que el viajero insatisfecho y buscador de lugares alejados de las rutas turísticas conocidas puede encontrar; de hecho en LA BRUJULA DEL AZAR he tratado en algunas entradas de poner eso en evidencia: pienso en las ruinas de Huchuy Qosqo o las de Pumamarca y quizás en el pueblo de Willoc y en muchos más que  podrían ser considerados como sitios a los que para llegar se necesita una buena dosis de aventura, magia y tiempo.

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