Caminando por la historia en Santillana del Mar

lunes, 17 de agosto de 2020

  Así como Comillas (ver entrada anterior), hay otro pueblo muy conocido y visitado (uno de los más), además de encantador, en Cantabria. Se llama Santillana del Mar y está ubicado a poco menos de 30 kilómetros de Santander. Debido a su excelente estado de conservación es un punto turístico clásico por lo que cada vez que alguien visita Cantabria es inevitable que no se le ofrezca ir a Santillana y luego a Comillas, al menos es lo que me gustaba proponer a mí cada vez que alguien me visitaba. Además, y por si fuera poco, el mismísimo Jean-Paul Sartre la consideró el pueblo más bonito de España, y eso que en ese país hay muchos y muy bonitos...


Empecemos con una curiosidad. A Santillana del Mar le dicen la Villa de las tres mentiras: debido a que dicen que no es santa, tampoco llana y menos aún tiene mar… aunque valgan verdades si bien este lugar no tiene mar el municipio sí… de hecho considero que su costa es muy bella, y ya lo verán.


 

Y ahora una pequeña dosis de historia que ya saben que en este blog somos fanáticos de esa rama del conocimiento. Este pequeño pueblo medieval nació, como muchos otros, alrededor de su monasterio llamado de Santa Juliana (de allí parece venir el nombre de Santillana), el cual luego fue sustituido, aproximadamente en el siglo XII, por la colegiata que ahora se puede visitar y que es uno de los edificios religiosos más relevantes del románico cantábrico. Y ahora sí a caminar… y aquí también te recomiendo que vayas con calzado cómodo ya que la gran mayoría de calles están empedradas.

 

El casco antiguo medieval


Como en muchos lugares, un buen punto para iniciar la exploración del lugar es desde su Plaza Mayor también llamada Plaza del Mercado. Particularmente me llamó siempre la atención su forma triangular, siendo como es que estoy acostumbrado a las plazas cuadradas.
 

 En la Plaza Mayor se ubican los principales edificios y monumentos que visitar en Santillana del Mar, tales y como la medieval Torre de Don Borja, hoy sede de la Fundación Santillana, por lo que fácil puedes allí toparte con alguna buena exposición; el Palacio de Velarde, otra joya medieval ubicado junto a la Colegiata; o la torre del Merino, la cual ha sido casa y una especie de fuerte militar y en el que hoy hay un museo local; y las Casas del Águila y la Parra. También hay que estar atentos a la casa de los Hombrones, llamada así por los dos enormes soldados que aparecen al lado al escudo de la fachada.


Palacio de Velarde. Santillana del Mar.


Casa del Aguila y de la Parra. Santillana del Mar.


 

 Y así como en Comillas encontré una conexión entre esa villa y mi ciudad natal, Lima, aquí también hallé algo relativamente similar y es que en Santillana se ubica la Casa de los Villa o la de los Barreda-Bracho, que es hoy es el Parador Nacional Gil Blas y la casa de los Tagle. Para todo limeño que se precie el apellido Tagle y Bracho no puede dejar de sonarle familiar puesto que los marqueses de Torre Tagle fueron una de las familias más tradicionales de Lima virreinal, y de hecho el primer marqués se llamó José Bernardo de Tagle Bracho y hasta donde se sabe era de origen cántabro.

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