Salzburgo está tan cerca de Munich que a ambas ciudades las une un tren regional como si estuvieran ubicadas en el mismo país. De hecho uno deja Alemania y se mete en Austria pero nada parece haber cambiado: ni idioma, ni paisaje, ni arquitectura.
Aprovechando nuestra visita a la capital bávara (ver entradas anteriores) nos tomamos un día para conocer un pedazo de Austria y así perdernos por las calles de la vieja, culta y hermosa Salzburgo. La ciudad resuma encanto por doquier y es un poderoso imán de masas de turistas que vienen aquí para seguir los pasos de Mozart aunque no hayan escuchado ninguna pieza musical de quien fue niño prodigio de la música. Cuando uno camina por las antiguas calles de este lugar ve (en fotos y estatuas), siente (al ver su nombre en muchos edificios) y paladea (al abrir el envoltorio con la imagen de Amadeus en un chocolate) la presencia de Mozart por todos sitios; así si Barcelona tiene como eje de su universo turístico la imagen de Gaudí, Cuzco al Machupicchu, Roma al Coliseo pues Salzburgo le brinda al viajero una sobredosis mozartiana tal que uno puede terminar empalagado. Sin embargo no le podemos mezquinar a la ciudad la belleza y la tranquilidad que tiene y que la hace sin lugar a dudas merecedora de una visita.
Pues allí fuimos y una vez llegados a la Estación Central de trenes (Hauptbanhof) salimos para tomar la larga Rainerstrasse por donde caminamos sin detenernos hasta encontrar a nuestra derecha uno de los puntos clásicos y más bonitos de la ciudad: el SCHLOSS MIRABELL (Palacio Mirabell) lo cual nos indica que ya estamos en el viejo centro de la ciudad o la ALTSTADT, considerada Patrimonio de la UNESCO, dominada por el alto promontorio en el que se encuentra la Fortaleza HOHENSALZBURG.
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SCHLOSS MIRABELL - Salzburgo - Austria |
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SCHLOSS MIRABELL - Salzburgo - Austria |
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SCHLOSS MIRABELL - Salzburgo - Austria |
El Mirabell es un palacio del siglo XVII construido para una de las amantes del príncipe y arzobispo Wolf Dietrich con quien tuvo 10 hijos. Aparentemente el hombre que era la autoridad eclesiástica más poderosa de entonces estuvo más ocupado en menesteres carnales que espirituales. Igual que ahora, solo que en aquel entonces se entretenían más con mujeres y no tanto con niños. Durante las tardes hay en este palacete conciertos de música clásica, cómo no, que se llevan a cabo en el “Salón de mármol” que presume de tener inmensos candelabros y estar hermosamente decorado. La entrada a uno de estos mini conciertos puede ir desde los 8 a los 30 euros. Si lo tuyo no es sentarte a escuchar violines y cellos pues date un paseo por los esmeradamente cuidados y elegantes jardines del palacio: el Mirabellgarten, un idílico espacio donde el intenso verdor del césped es interrumpido por el saludable color de las rosas. Hay también un excelente conjunto de esculturas, una gran fuente y un pequeño pasaje a manera de un túnel cubierto por enredaderas por donde el paseante puede disfrutar de un relajante paseo. Es mejor visitar estos jardines en la mañana ya que hay menos gente. La entrada es gratis.
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SCHLOSS MIRABELL - Salzburgo - Austria |