Hay que volver a caminar (uno de mis verbos favoritos) para
seguir los rastros de ese añejo poder que el gran reino inglés alguna vez detentó
y dejó evidente en sus fascinantes construcciones. Dejamos el puente de LAMBETH (ver entrada anterior) y
bajamos por MILLBANK, siempre
escoltados por las mansas aguas del Támesis.
La avenida es larga y en ella se imponen grandes edificios. En su mayoría son
lugares para trabajar o dirigir, no para vivir. Por ejemplo uno de ellos es el MILLBANK TOWER, sede del LABOUR PARTY.
Felizmente la vista se apacigua cuando pasamos de esta mole acristalada a un
sitio más clásico y refinado: el museo TATE
BRITAIN en donde bien vale la pena gastarse una buena cantidad de horas
maravillándose con la colección de arte británico que allí se puede ver.
![]() |
TATE BRITAIN. Londres - Inglaterra. |
![]() |
TATE BRITAIN. Londres - Inglaterra. |
El museo se encuentra en el lugar donde alguna vez estuvo
el MILLBANK PENITENTIARY, una
gigantesca prisión construida en 1810 siguiendo los razonamientos del principio
del panóptico. Esta prisión fue la más grande de Londres y allí se encarcelaron
a muchos criminales antes de ser enviados como indeseables a las lejanas
tierras australianas. Nada queda de aquel lúgubre lugar donde las enfermedades
y la locura eran tan comunes. Lo único que puede dar constancia de que alguna
vez existió es el túnel que se encuentran en el sótano del bar MORPETH ARMS (ubicado unos metros más
adelante, siempre por el MILLBANK). Se sabe que a través de ese corredor
secreto pasaban los convictos para ser embarcados en pequeños botes e iniciar
así su gran viaje a la lejanía en donde pagarían sus culpas.
![]() |
MORPETH ARMS. Londres - Inglaterra. Foto de http://london.randomness.org.uk/wiki.cgi |
Puedes ir a tomarte una cerveza a modo de calmar la sed al
MORPETH ARMS, ubicado en la esquina de MILLBANK
con PONSONBY PL. Nosotros no vamos a ir hasta allí en
esta ruta pero es un dato interesante saber que esa parte de WESTMINSTER, hoy bastante tranquila y
hasta un poco falta de vida, no se compara con lo que era en el siglo XVIII: el
peligro, la enfermedad y la zafiedad campeaban allí como naturales reglas de
convivencia. En las calles de esa zona (algunas llamadas BLACK DOG o DIRTY
LANE, vaya nombrecitos) no estaban seguro ni los muertos. Se saben que era
común robar cuerpos del cementerio para venderlos a los científicos. Vamos , que
ni en el complicado barrio en el que yo vivía en Lima. Y eso que el sitio era muy
fértil produciendo chicos malos. Había talento hasta para exportar.