Cementerio de Ciriego de Santander

sábado, 2 de julio de 2011


Siempre he sentido predilección por visitar los cementerios de los lugares a los que viajo. Junto a los mercados son, creo, un buen lugar para poder palpar parte del pensamiento de la gente que habita el lugar que estoy visitando. En el cementerio se conoce cómo los habitantes de determinado lugar asumen la muerte, cómo se expresan ante ese suceso inevitable y definitivo. Por otro lado, el mercado me da una idea de la vitalidad, la energía y fuerza del sitio. Ambos lugares representan posiciones extremas y es allí, donde hay fricción de opuestos, en que salpican chispas de luz que nos permiten vislumbrar mejor el mundo, las ideas, las maneras de manifestar los sentimientos de un determinado grupo humano. 

Por pura casualidad encontré la página de la  “Association of Significant Cemeteries in Europe” el cual es un organismo que vela por la protección de algunos cementerios europeos a los que consideran de importancia histórica y artística. Entre los varios camposantos que ellos tratan de proteger está el CEMENTERIO DE CIRIEGO ubicada en el oeste de la ciudad de Santander, exactamente en el barrio de San Román de la Llanilla. Es curioso, en los manuales turísticos que uno consigue sobre esta encantadora ciudad española este cementerio no aparece como un atractivo y la verdad que bien podría serlo ya que la belleza del lugar lo hace un sitio único no solo por las fantástica riqueza artística que contiene si no también por el ambiente que lo rodea: un gran espacio plagado de verdor en los límites del mundo donde el infinito azul del cantábrico se deja ver detrás de las cúpulas de los mausoleos y de las alas de los ángeles esculpidos como si fuera un inacabable cortinaje que abrigara este universo donde solo palpita la nada.



Pero antes de empezar a pasear por CIRIEGO, hagamos un poquito de historia. Se sabe que este cementerio reemplaza a uno que estaba en un convento ubicado en el centro de Santander, específicamente en lo que es hoy el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria. Era una práctica normal en esa época que los muertos “convivieran” con los vivos pero también tenía mucho riesgo ya que esos cementerios podían ser (de hecho alguna vez lo fueron) focos infecciosos desde donde se propagaban enfermedades y epidemias. Al término del siglo XVIII Carlos III aprueba la edificación de camposantos ubicados en los extramuros las ciudades y es así como nace Ciriego.

Diseñada en 1882 por el arquitecto Casimiro Perez de la Riva, esta ciudad de los muertos parece una especie de reflejo de la de los vivos: presenta una bastante original estructura en forma de cruz en la cual las calles y espacios se organizan en bloques o cuadras. En estas arterias aparecen los refinados mausoleos de las familias ricas las cuales están delimitadas como lo habrían estado las casas que habitaron cuando estuvieron vivos. Y así como limitaron los espacios de sus terrenos también se encargaron de embellecerlos: se concentra aquí una parte de la expresión artística de los creadores del siglo pasado ya que este cementerio es un magnífico ejemplo de lo que puede ser considerado un verdadero museo al aire libre. La gran diversidad de esculturas, panteones, sepulturas y monumentos que se incluyen en este camposanto santanderino son un excelente muestrario de la rica producción funeraria española, hechas todas por maestros en construcciones fúnebres y patrones iconográficos. 


Felizmente la mayoría de ellos están en buen estado de conservación aunque hay muchos, de estimable valor, que presentan una imagen de lamentable abandono. Se supone que la administración de la ciudad no puede cuidar de ellos porque dichas tumbas pertenecen a particulares. Si el cementerio fuera considerado bien de interés cultural el gobierno tendría que velar por su mantención, al menos en teoría.


En la entrada de Ciriego hay un “Panteón de Hombres Ilustres de Santander” donde entre destacados nombres se lee del poeta español José Hierro, premio Cervantes, cuyas cenizas se encuentran aquí y quien alguna vez dijo que “el cementerio oía el mar”. Hay que pasear por las callejuelas de este lugar donde el insomnio de los ausentes reposa en un silencio sin límite. Aunque a veces, el graznido interrumpido de aves marinas se une al rumor repetido de las aguas del mar y suben como una hiedra invisible que irrumpe en este ámbito coronado de sigilos. Así, andando, podemos encontrar sitios de considerable interés como lo son los memoriales de LA CRUZ CENTRAL, de 1881 o el Monumento en memoria de las víctimas de la explosión del barco Machichaco de 1894. Es menester saber que esta fue una de las peores tragedias civiles acaecidas en España: El 3 de noviembre de 1893 la embarcación estaba atracada en uno de los muelles de Santander (exactamente en el de Maliaño) llevando en cubierta una gran cantidad de envases de ácido sulfúrico y poco más de 51 toneladas de dinamita. Un incendio en el barco propició la explosión del mismo y la muerte de 590 personas, dejando a su vez miles de heridos. Tal fue la magnitud del estallido que muchos fragmentos de hierro de la embarcación salieron disparados hasta 8 kilómetros de distancia matando a alguna persona. Varias partes de cuerpos humanos también fueron hallados en los tejados de algunas casas santanderinas y hasta una ermita medieval situada en el interior se desplomó al no resistir la envestida de la onda expansiva de la detonación.

LA CRUZ CENTRAL, de 1881

Monumento en memoria de las víctimas de la explosión del barco Machichaco, 1894 




Los colores de las flores que parientes desolados han dejado se avivan con el abrazo del sol, parecen fuego colorido sobre la pálida frigidez del mármol. La luz mañanera calienta la tierra, la piedra, el metal ¿calentarán los huesos de quien no está? En otras tumbas, como evidencia del olvido, solo hay flores marchitas y grandes pátinas de fúnebre oxido que crecerán más cuando la lluvia desgrane sobre la marmórea superficie de las sepulturas su liquida caricia corrosiva ¿mojará los huesos de quien no está?


Otro rincón digno de visitarse en este cementerio es el llamado “espacio de la memoria” que en el pasado fuera la manzana 52. Allí, en agosto de 1937, fueron inhumados 90 cadáveres -entre ellos los de una mujer y dos niños- de gente asesinada por los franquistas durante la cruenta guerra civil española y para recordar a estas víctimas la "Asociación Heróes de la República y la Libertad" colocó un monumento. Muy cerca están los nueve monolitos inaugurados el 14 de abril del 2001 y en los que se pueden leer los nombres de los republicanos fusilados exactamente contra las tapias del cementerio de Ciriego. Todos ellos, más de 850, fueron enterrados  en fosas comunes entre los años de 1937 y 1948. Como se ve, el camposanto no solo es una exquisita muestra de arte funerario sino también un recinto donde la historia y su poder demoledor pasó dejando huellas indelebles: uno más de esos sitios de memoria ensangrantada que ha convertido a este país en "una gran fosa llamada España", como dicen en su excelente libro LAS FOSAS DE FRANCO, Emilio Silvia y Santiago Macías. También hay un espacio donde yacen las sepulturas de soldados alemanes, no pude averiguar la razón por la que fueron enterrados allí pero las fechas de las tumbas coinciden con los de la primera y la segunda guerra mundial en algunos casos.

Memorial por los republicanos fusilados en Ciriego


Hay muchas esculturas que representan ángeles, vírgenes, animales, cristos martirizados, seres de piedra puestos allí para asegurarse que aunque los años pasen los símbolos queden significando para siempre dolor y nostalgia: retórica de la muerte traducida a un verbo pétreo en este perímetro donde el vacío es música constante, donde todo testimonia ausencias.









Los panteones familiares muestran aquello a lo que el hombre ha sido afecto desde que tiene uso de razón: seguir demostrando la diferencia con los demás aún estando muerto, lo cual es un estéril intento de contradecir una propiedad absoluta de la muerte: nos hace iguales a todos. Estas criptas son espacios adornados bellamente, casi un remedo de pequeñísimos palacetes hechos para seguir dando que hablar, para presumir de lo rico que se fue antes de dejar lo que allí dentro hay: un puñado de cenizas, un concierto de olvidos. 

Entre los que recomiendo visitar están los de la familia JUNCO Y JUNCO o los de los CUE y el de CAYO POMBO, aunque casi todos los panteones son más que interesantes de ver.











SOBRE AUSENCIAS Y TUMBAS...













DATOS UTILES
  • Entrada: Gratuita
  • Dirección: San Román de la Llanilla (Ciriego)  CP: 39012
  • Teléfono 0034942331987
  • Para llegar allí hay que tomar los buses de la LINEA 17 que parten desde la Estación de buses de Santander cada 30 minutos. Tiempo de viaje: 20 minutos aproximadamente.

11 comentarios:

Maite Arretxe dijo...

Maravilloso !....un evento digo de la vida y de la muerte....todos los humanos estamos en ello, todos somos parte de ello...sin distincion !
Siento que debo dar una visita ....siento un profundo deseo ...no se porque....imagino no tengo parientes ahi ya que mi familia es toda del Norte de Euzkadi...pero por algun motivo me he acercado o me ha llegado esta vinculacion a Ciriego que no sabia existia....Pues en mi proxima visita a Santander lo hare....lo debo hacer ! !.....Gracias por la magnifica coleccion de imagenes

Pablo Solórzano dijo...

Estimada Maite, gracias por darte una vuelta por aquí. Me alegra mucho que te haya gustado saber sobre el cementerio de Ciriego, yo vivo en Santander y la verdad que nunca había oido antes hablar de él y me animé a conocerlo sin tener mucha información y ahora puedo decir que es una de las cosas más bonitas que he visto. Mucha gente que vive en Santander ni siquiera lo conoce así que es como una joyita. Espero que cuando vengas por aquí lo conozcas y me darás la razón. Un saludo!

Anónimo dijo...

MARIAN LASO
HACE MUCHO TIEMPO ME ENTERE QUE MI TIO HABIA SIDO
FUSILADO EN CIRIEGO SIEMPRE DESDE NIÑA HABIA SENTIDO UN CARIÑO ESPECIAL POR ÉL POR LO QUE NOS
CONTABA MI ABUELA.
MI ABUELA CONTABA QUE LE HABIA LLEGADO EL INDULTO
DESPUES DE HABERLE FUSILADO.ELLA HABIA INTENTADO
TODOS LOS AÑOS DEJAR FLORES PERO NUNCA LA DEJABAN. YÓ HABIA COMENTADO CON MIS HERMANOS DE INTERTAR SABER DONDE ESTABA ENTERRADO PARA LLEVARLO CON MIS ABUELOS, GRACIAS A LA MEMORIA HISTORICA. AHORA ESTOY FELIZ PORQUE EL DOCE DE MAYO DEL 2012 ME ACERQUE A CIRIEGO PARA SABER DONDE ESTABA EL HOMENAJE A LOS HEROES DE LA REPUBLICA Y ALLI ESTABA SU NOMBRE Y EN ESE ENTORNO TAN BONITO CREO QUE JUNTO CON SUS COMPAÑEROS DESCANSA FELIZ.
SU NOMBRE LUIS LASO DE COS

Pablo Solórzano dijo...

Estimada Marian, te agradezco mucho tu visita a este blog. La historia que has contado es fascinante, triste también pero esperanzadora. Me alegra que la memoria de tu querido tío haya sido reconocida y ahora puedas tú y tu familia honrarle yendo a visitarle a este cementerio que debe ser uno de los más bellos de España. Te envío un gran abrazo y una vez más, gracias por haberte dado tiempo de visitar la brújula del azar.

Patricia dijo...

Hola Pablo,

No puedo más que agradecerte las bonitas palabras que he encontrado sobre Ciriego. Mi nombre es Patricia y soy la responsable de enseñar el cementerio. Habitualmente, las visitas guiadas se realizan en vísperas de todos los santos, como está ocurriendo este fin de semana. Así como, en la semana para descubrir los cementerios que anualmente se convoca desde la Asociación Europea de Cementerios Significativos (ASCE). Esperamos poder seguir contando con tu presencia tanto en Ciriego como en el gran abanico de cementerios contemporáneos existes. Un saludo.

Patricia dijo...

También me gustaría compartir en tu blog dos direcciones. Una creada recientemente y otra que lleva algunos meses en funcionamiento:

https://www.facebook.com/pages/Cementerio-de-Ciriego/233526573442994?ref=hl

www.cementeriodeciriego.com

Gracias de nuevo

Esther i Toni dijo...

Nos han encantado tus Fotografías y las descripciones que explican ésta entrada.Esperamos no te moleste la enlacemos aquí,donde compartimos tu opinión sobre éstos lugares:http://www.facebook.com/groups/10150160094145385/ .
Saludos.

Pablo Solórzano dijo...

Hola Patricia, esto ha sido una gran sorpresa!! Nunca hubiese imaginado que lo que he escrito sobre el bonito cementerio de Ciriego le podría parecer interesante a la persona que lo muestra!! Gracias por haberte dado una vuelta por la brújula, lamentablemente no he tenido acceso a internet desde la semana pasado y ahora recién me entero de lo de la visita al cementerio por lo de los difuntos!!! qué lástima!!! un abrazo!

Pablo Solórzano dijo...

Esthe i Toni gracias también por dejame saber sobre ese grupo al que me acabo de unir, es increíble!! y vuestro blog estupendo, en serio. Para nada me molesta que compartan esta entrada allí, imagínate!! Un abrazo y espero poder saber más de ustedes, gracias a ambos por haberse dado una vuelta por aquí por la brújula!!

Magdalena Norberto Aragall dijo...

He llegado a este link en mis indagaciones sobre la Guerra Civil del 36. Me he alegrado al ver que hay una "memoria histórica" sobre los fusilamientos que allí tuvieron lugar. Mi padre fue hecho prisionero por el bando franquistas en el Seminario del Monte Corban, convertido en Campo de Concentración, a unos 200 metros más o menos. Cada noche eran trasladados alguno de los prisioneros republicanos para ser fusilados en las tapias del cementerio de Ciriego. Los compañeros que quedaban (con horror y miedo) eran los que tenían que hacer las fosas para enterrar a sus propios compañeros. Mi padre salvo la vida. ahora escribo sus memorias. Saludos. Magda

Pablo Solórzano dijo...

Estimada Magdalena, agradezco que el azar te haya traído hasta este blog y que nos dejes conocer tu historia familia dramática y al mismo tiempo heroíca. Mucha suerte con las memorias de tu padre que escribes ahora y esperemos que se publiquen pronto. Un abrazo de nuevo mil, mil gracias. Pablo

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