Por las calles de la mágica Praga: La Ciudad Vieja o Stare Mesto

miércoles, 6 de abril de 2016

Tal y como me ha pasado con muchas ciudades, yo ya había ido a Praga sin haber ido nunca. Kafka tuvo la culpa. Y aunque en sus ficciones, hasta donde sé, nunca la nombra, es indudable que fue Praga el sitio que el bueno de Franz tomó como referencia para que se desarrollen sus historias. Así que allí me fui, esta vez físicamente. No podía irme de Europa sin conocerla. Menos aun estando a 4 horas de Múnich, ciudad en la que hasta hace muy poco vivía.

¿Qué decir de Praga que no se haya dicho ya? Sí, es fascinante perderse a la sombra de ese laberinto de torres y agujas; y caminar al borde de ese ancho Moldava; y tomarse una buena cerveza checa. Pero también aturde la gran cantidad de turistas que hay en esta maravillosa ciudad, y eso que cuando fui era temporada baja. Aunque felizmente todos se concentran en el mismo sitio por lo que si caminas un poco estarás muy lejos de todos ellos. También aturden los muchos jóvenes que viajan para emborracharse y pasar el fin de semana haciendo el mayor escándalo posible. Pero en fin, es algo casi inevitable.

Recorrí la ciudad dividiéndola en cuatro zonas para que se hicieran más fácil la visita y la narración. Aquí te daré unas recomendaciones de qué sitios conocer en Praga y espero que sean de tu gusto.

1. LA CIUDAD VIEJA

Mi hotel se ubicaba a cinco minutos a pie del famoso PUENTE CARLOS (ver información abajo). Dejé mi mochila allí en el hospedaje y empecé la caminata. 

A esas horas de la tarde (15:00) el puente no enamora. Para nada. Más parece una avenida de una gran ciudad en donde se compra y vende de todo. Y lo que más abunda (junto con los turistas) son los músicos callejeros y los dibujantes que te hacen trabajos al paso. Todos los caminantes estaban preocupados en ver todo eso, como si no los pudieses ver en otro lugar del mundo. Casi nadie miraba el río, ni los bellos monumentos que adornan el puente, ni el puntiagudo perfil de la ciudad. Para evitar todo esto re recomiendo ir muy temprano por la manaña. Eso hice yo y pude tomar las fotos que están aquí.








En fin. El hecho es que hay que pasar por ese purgatorio para llegar hasta la calle KARLOVA, todo tiendas y tiendas y tiendas. A pocos minutos de haber dejado el puente se puede encontrar, a mano izquierda, la entrada al fascinante KLEMENTINUM. Debes estar atento pues pasa desapercibido, yo lo confundí con la entrada a una casa común y corriente. Así que entras al patio y allí ves con facilidad la puerta donde se compran los tickets.

Aquí me pasó algo bastante curioso: conocí a un chico peruano-checo que se llamaba también Pablo. Estaba entrenándose para ser guía en el lugar así que ya sabes, cuando vayas quizás esté allí este chico y te pueda guíar en español pues normalmente los guiados son en inglés. El KLEMENTINUM es una gran construcción hecha por los jesuitas y que fue en su tiempo universidad y es sede ahora de varias bibliotecas. Allí puedes visitar la BIBLIOTECA BARROCA, una maravilla de maravillas, como bien dijo mi amiga, es como llegar al “nirvana librario”. También se sube a la SALA DEL  MERIDIANO que es una buena exposición de aparatos astronómicos, y, finalmente, a LA TORRE ASTRONÓMICA Y MIRADOR desde donde las vistas de Praga son una belleza. 


Biblioteca Barroca. Foto de https://www.routeperfect.com/
Vistas de Praga desde el Clementinum.

Vistas de Praga desde el Clementinum

Vistas de Praga desde el Clementinum.

Hay que seguir por la calle Karlova hasta la plaza principal. Allí, si te olvidas de todos los negocios, los endemoniados segway que están a punto de atropellarte siempre (¡qué invento tan horrible!) y los  miles de turistas, que como tú y como yo buscan también la experiencia, te podrás concentrar en la belleza excelsa de todos los edificios que hay alrededor. De cajón te llamará la atención el RELOJ ASTRONÓMICO al que puedes subir previo pago para tener una gran vista de la plaza y mirar abajo las bocazas abiertas de todos los turistas que esperan la hora en que el mecanismo se ponga a andar y haga su espectáculo. En el centro de la plaza está el monumento a JAN HUS (recordé en ese momento cuánto me emocionó leer la historia de este personaje en la enciclopedia histórica de Carl Grinberg que tengo en mi casa de Perú), y más atrás la Iglesia de Nuestra Señora del Týn y sus puntas que le dan ese toque de misterio tan indescriptible. O seré yo el que la asocia con esa idea pues en la portada del fantástico (por bueno y por género) libro “La noche de Wulpurga” de Meyrink , que leí alguna vez, se veía la silueta de esta iglesia en sombras, como algo amenazante.






    Por la calle CELETNÁ, que parte de la misma plaza, y es también bulliciosa y comercial, se puede llegar hasta LA TORRE DE LA POLVORA, que en otros tiempos fue una de las entradas de la ciudad. Lo que ves ahora es el resultado de una renovación que se le hizo en la segunda mitad del XIX. Aun así no deja de ser impresionante.





Aquí hago una pausa pues recuerdo que vi a un tipo y una mujer de aspecto sospechoso. Dicho y hecho, eran ladrones, pues me di cuenta que estaban a punto de robarle a una japonesa que tomaba fotos distraídamente. Menos mal la chica se dio cuenta. Por lo que hay estar atento siempre en los sitios donde hay mucha gente. Además he leído que a veces los taxistas en Praga te pueden estafar, y otro tanto pasa con los cambistas por lo que es mejor cambiar en lugares oficiales. Ya te daré más consejos abajo.

    En el camino visité muchos otros lugares que tenían que ver con la vida de Kafka en Praga, pero sobre ellos ahora no escribo nada puesto que haré una entrada especial sobre la ruta que sigue los pasos del escritor por su ciudad.

    Mientras tanto, cuando pasas LA TORRE DE LA POLVORA, si volteas a la derecha encontrarás NA PRIKOPÈ, una calle comercial pero donde se ven menos turistas. Por allí bajé y doblé por la calle PANSKÀ en donde se encuentra el MUSEO ALFONSO MUCHA. La verdad es que quería conocerlo pues cuando estudié turismo la profesora de arte nos enseñó cosas sobre este artista. El museo vale justamente su pequeña colección. Aunque se hubiese esperado más por el precio que cobran: la museografía es muy antigua, sin interactividad, y lo único moderno que tienen es una película que proyectan en un salón, al fondo. De todos modos conocer más sobre un artista siempre es bueno. Allí puedes comprar una entrada al ALUCINANTE (sí, con mayúsculas) MUSEO FRANZK KAFKA a mitad de precio, así que aprovecha.








 Desde el MUCHA se puede llegar en pocos minutos a la famosa PLAZA WENCESLAO, tan histórica, tan rebelde, tan dramática. Es amplia, muy larga, llena de edificios muy bonitos. Y al fondo está el MUSEO NACIONAL cubierta de fierros y maderos pues la están refaccionando.  Desde la WENCESLAO sale una calle que se llama STEPANSKÀ por donde fui y encontré la galería comercial LUCERNA por el cual entré y me hizo recordar a alguna galería parasina. De hecho Praga también tiene muchas galerías y son realmente lindos. El Lucerna  está lleno de cafés y hasta hay un teatro pero lo más llamativo es la estatua ecuestre de San Wenceslao, obra del controvertido de escultor checo David Cerny (vi más esculturas de él en la ciudad). ¿Y por qué es llamativo? Pues porque Wenceslao monta el caballo pero al revés.


    Volví a STEPANSKÁ y por allí fui sin desvío hasta JECNÁ por donde doblé a la derecha, hasta el río (15 minutos más o menos) pues en ese lugar se encuentra otra de esas construcciones que hacen a Praga una ciudad super moderna, pese a que parece congelada en el tiempo: LA CASA DANZANTE, en cuyo diseño participó Frank Gehry. La verdad es que el edificio es increíble pero desentona entre tanta joya art noveau por lo que su construcción fue muy polémica. Como sea, aún está allí y nos llama mucho la atención.



Caía la noche y era hora de buscar qué cenar. Fui a un restaurante muy bueno y me di un homenaje (ver datos abajo). ¡Estaba hambriento! Luego regresé al hotel a dormir como un condenado. Había sido un día intenso. Vuelvo luego contándoles sobre otra parte de la ciudad.

Pablo


DATOS ÚTILES.

Desde Múnich a Praga se puede llegar en bus. 4 horas y 30 minutos de viaje. Empresa FLEXIBUS. El pasaje varía. Yo me fui un viernes por la mañana por 39 euros y regresé un domingo por la noche por casi 20 euros.

Hospedaje en Praga: me quedé en el hotel THE CHARLES. Es uno de cuatro estrellas. Lo encontré en una buena oferta (48 euros la noche) por ser temporada baja. Está cerquísima del Puente Carlos. Muy buena atención, y el buffet (incluido) estuvo fenomenal. Yo tomaba un buen desayuno allí y no me daba hambre hasta la noche.

La cena lo hacía (y es que volví a la noche siguiente) en un restaurante llamado REPRE (Nekazanka 4, cerca de la calle NA PRIKOPÉ). Se ubica en un sótano. La comida estuvo buenísima y la atención fue una maravilla. En realidad los checos cuando dan servicios son muy amables y amigables. Pero en este restaurante me atendieron más que bien. Una chica rubia muy sonriente y que hablaba muy buen inglés me atendió las dos noches y me recomendó unos platos buenísimos. Me encantaron los Medallones de cerdo con patatas y cerveza Pilsner. Ah, el Strudell checo estuvo 10 puntos.

Como dije es mejor cambiar euros por coronas en una casa de cambio. Lo hice en una que estaba en la calle CELETNÁ 3. Quizás el cambio o fue un poquito menor pero al menos había seguridad. Me dieron un ticket en donde tuve que firmar, y también la persona que cambiaba el dinero firmó. Eso sí, no sé por qué pero recomiendan siempre que cuentes el dinero que te dan antes de que des tus euros pues una vez dados no te los devuelven por si hay algún reclamo. Yo cambié 100 euros y me sirvió para estar tranquilo los dos días y medio que estuve allí. Hasta me sobró un poco. Recordar que no pagué desayuno pues lo tenía incluido en el hotel que ya había pagado y que solo cenaba y compraba agua y pagaba las entradas a los museos.

Clementinum: Precio 220 coronas. Los tours guiados (no se puede ir por libre) empiezan a las 10 de la mañana y se dan cada media hora. 

Museo Mucha: Entrada 240 coronas. 

Al Reloj astronómico puedes subir pagando 60 coronas. Atienden todos los días pero no los lunes, y de 9:00 a 18:00. Es sobre todo para tener una vista de la plaza,  pues si entras al KLEMENTINUM (escribiré en otra entrada sobre este lugar) tienes también una buena vista de Praga, aunque no de la plaza.

2 comentarios:

Gustavo dijo...

yo fui a Praga en 1993, pocos años después de la Caída del Comunismo.

Pablo Solórzano dijo...

Hola gustav! gracias por tu vista. Espero que tu visita a Praga haya sido igual de satisfactoria, es una maravilla de ciudad! Saludos!

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