Habíamos dejado la gran Calzada Romana y ahora nos adentrábamos en unos maravillosos pueblos cántabros para seguir caminando pero esta vez por el Camino Real...
Primero pasamos por PIE DE CONCHA, villa que debe ser una de las más bonitas que hayamos visto en nuestras andanzas por tierras cántabras: sus casas están extraordinariamente bien conservadas y mantenidas con excelente gusto. Caminamos hasta la “picota” que es una especie de pilar que era usado para los ajustamientos y unos metros más allá encontramos la iglesia parroquial del pueblo que pese a ser del siglo XVI está en muy buen estado. Frente a la iglesia hay un cementerio que si bien pequeño vale la pena una visita.
Primero pasamos por PIE DE CONCHA, villa que debe ser una de las más bonitas que hayamos visto en nuestras andanzas por tierras cántabras: sus casas están extraordinariamente bien conservadas y mantenidas con excelente gusto. Caminamos hasta la “picota” que es una especie de pilar que era usado para los ajustamientos y unos metros más allá encontramos la iglesia parroquial del pueblo que pese a ser del siglo XVI está en muy buen estado. Frente a la iglesia hay un cementerio que si bien pequeño vale la pena una visita.
Continuando por la carretera que cruza el pueblo se llega hasta un desvío donde es mejor tomar el camino de la derecha, es decir no cruzar el puente sobre el río ya que por allí se llega hasta COBEJO desde donde es imposible seguir a ninguna parte. Luego de andar por un kilómetro más alcanzamos BARCENA DE PIE DE CONCHA (como ves los nombres de los pueblos giran alrededor de la palabra Concha), que es la villa más grande en esta zona y que es tan admirable como los que ya habíamos visto. En Bárcena es bueno conocer la románica Iglesia parroquial de San Cosme y San Damián, de la que aparentemente hay mención desde el año 999. Se dice que el exterior de la iglesia está muy completo y con pocas alteraciones. Su ábside es ancho y da la sensación de ser macizo. Hay que prestar atención a los canecillos que soportan la cornisa de esta iglesia: entre ellas resaltan imágenes como las de una mujer con tocado en la cabeza y en postura obscena, un hombre sentado y desnudo que suejeta en las manos una especie de instrumento musical o una fiera que parece comerse a un hombre también desnudo. Delante de su puerta principal hay unos faroles muy antiguos que según la descripción que sobre ellas hay datan de 1832.