Al despertar después de 5 días de haber estado inconsciente VIDAL CONTRERAS ya no podía mover su cuerpo. Campesino como era, solía trabajar en una chacra a 6 kilómetros de la villa de Quinua. Un día llegaron las sombras y desde entonces el mundo fue distinto: “… en el tiempo del terrorismo, me han pinchado los terrucos [terroristas] en mi cuello con cuchillo” cuenta Vidal.
Fue conducido a un hospital de Huamanga y allí lo salvaron de la muerte pero los doctores concluyeron en algo definitivo: Hemiplejia. Desde entonces estuvo inmovilizado por mucho tiempo en una cama sin poder valerse por sí mismo hasta que la Cruz Roja colaboró con su lenta recuperación pagando a los fisioterapistas. “Con eso me ha recuperado un poco y solito mis dedos se empezaron a mover”. Pero cambiaron de administración en el hospital y tuvo que abandonar la terapia. Huérfano desde niño y con una familia pobre que no podía ayudarle a costear la recuperación tuvo que volver a empezar, aprender de nuevo las reglas la vida, ahora un poco más cruel y difícil de aceptar.
Pero Vidal no se amilanó. Si la mitad de su cuerpo la tenía bloqueada, aún contaba con la otra mitad como su aliada. Decidió demostrar que sólo con una mano podía ser un artista. “Mi hermano mayor hacía cerámica, viendo yo… así aprendí a hacer cerámica con una sola mano.” Los ceramios que abundan en su taller dan fe de ello: bellas iglesias, toritos, nazarenos, parejas de campesinos, soldados de la batalla de la pampa de la Quinua. En las afueras del pueblo consigue la arcilla pura que luego combina con cilice y agua para, como un Dios, darle un soplo de vida al barro.
Con el tiempo esta nueva realidad en la que la vida lo había puesto le hizo percatarse de cosas que antes no había podido ver. Notó que mucha gente sufría sin tener derecho a una vida digna por el solo hecho de padecer, como él, de alguna “discapacidad”. “Y un día escuché en la radio de la ley 27050, que hablaban de las personas con discapacidad y de sus artículos y derechos y deberes”. Desde entonces empezó a estudiar esa norma y decidió darle vida. “En esa ley todo hablaban para formar asociaciones. Deberes y derechos de la persona con discapacidad”. Entonces empezó su viaje a contracorriente.
Primero dejó de pensar en sí mismo para dar cabida en sus sueños a los demás. Soñó que podía hacer una gran hermandad. Y como los hombres no se definen por lo que sueñan sino por lo que hacen, él decidió actuar. Empezó a andar como podía por todo Quinua para juntar a más gente con alguna discapacidad. “…Busqué a las personas, empadronando. Así formé una asociación.” Solicitó ayuda al alcalde del pueblo quien se la brindó pero solo por un corto tiempo. Pero él ya había vencido a la muerte, su temperamento estaba fogueado por las desavenencias, no iba a detenerse. “Yo seguí empadronando a estas personas”. Por fin el sueño se hizo realidad y la ASOCIACION DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD DEL DISTRITO DE QUINUA se formó oficialmente el 2003. Siendo Vidal su primer presidente y, hasta donde él sabe, el primer fundador de una asociación de discapacitados en Ayacucho que hoy ya cuenta con 65 socios.
“Viviendo aquí en Quinua tenemos facilidad de trabajar en Cerámica. Con este trabajo yo mantengo a mi familia y quiero compartir a mis hermanos, los discapacitados. Por ejemplo hay personas amputados las manos, con mi experiencia yo creo que ellos pueden trabajar con una sola mano para sustentar una familia” dice Vidal con el ímpetu de quien no ve en los problemas un obstáculo sino más bien una oportunidad para desarrollar el ingenio. Tal es así que ha ganado concursos de cerámica compitiendo con gente que no tiene los inconvenientes que él debe enfrentar.
Los socios de esta agrupación solo reciben cada tres meses una ración de alimentos de una entidad estatal, algo que lograron debido a que se unieron como asociación, pero después de eso no tienen más apoyo. Vidal me acompaña en una caminata por Quinua y sus anexos para poder conocer las historias de esa gente que como él han sido impedidos de tener el dominio pleno de sus cuerpos pero que decidieron enfrentarse a la adversidad y tener una vida sin resignaciones.
En la puerta de uno de los baños públicos del pueblo, donde trabaja cobrando la entrada, está JUAN TORRES escuchando en su pequeña radio uno de esos carnavales ayacuchanos que tanto le gustan. Ex presidente de la asociación, Juan nació en Lima donde tuvo tratamiento pero se vio obligado a abandonarlo pues su familia regresó hacia Ayacucho. Vive afectado desde los 8 años por una grave dolencia que le impide mover la pierna derecha. Juan fue compañero de Vidal en el esfuerzo de lograr formar la asociación: “Acá en el parquecito nos hemos encontrado y nos hemos conocido. Ahí hemos buscado y formado la asociación”. Su actual trabajo es momentáneo pero en unos días debe dejar el puesto y Juan no esperará que otra oportunidad le caiga del cielo por lo que ha decidido ir a Llamahuilca, en Wari, a empezar a trabajar la tierra y cuidar animales pese a que eso le amerite un esfuerzo mayúsculo debido a su condición. “No tenemos ningún apoyo ni siquiera nos recuerdan las autoridades de Huamanga... Estamos reconocidos y aun así tenemos problemas”. Juan cree que tener un pequeño terreno ayudaría mucho. Pero no un terreno donde puedan hacer una oficina que se llene burocracia sino más bien para criar cuyes, ovejas, productos que puedan comercializar. “Mis hermanos los discapacitados más graves que nosotros todavía están. Están en la cama, no pueden moverse. Para apoyarlos a ellos, para eso quisiéramos [el terreno]”.
El sector de los puestos de comida de Quinua es un punto clásico donde los turistas se sientan a comer. Entre las muchas mujeres que allí venden está REYNA GUTIERREZ quien ofrece unos deliciosos caldos de gallina de corral o unos platos de puca picante de suma contundencia. Ella es hoy la presidenta de la Asociación. Nacida en Santa Rosa (selva de Ayacucho), pero radicada en Quinua desde niña, maneja este negocio que antes era de su madre. Cuando Reyna era niña sufrió una terrible caída a una acequia que le afectó la pierna derecha quedando incapacitada para usarla desde entonces. Nunca fue a terapia. Le roba tiempo a sus labores de madre y trabajadora para dirigir a este grupo de personas y proyectarse hacia el futuro. “Algunos están que no caminan y no tienen sillas de ruedas y no tienen familiares para que los traigan. Solo cuando hay más urgencia traen sus familias sino se quedan en sus casas”.
Dejamos Quinua y nos vamos, junto a Vidal, hacia Canansayoc, anexo del pueblo. Allí, en una casa pequeña hecha de adobe, vive TEOFILO ICHACCAYA VELARDE, quien camina ayudado de una muleta de metal que reemplaza a su pierna desde los 2 años de edad. Como casi todos los casos ha recibido terapia sólo de niño y luego por diferentes motivos tuvo que abandonar la ayuda médica. Teófilo es un gran retablista que aprendió a hacer estos bellos cajones desde que tenía 19 años cuando sus maestros le enseñaron los secretos y artes para hacer bellas piezas como las que se ven en su taller; conocimiento que ahora él trasmite sabiamente a sus hijos. Allí está él combinando el engrudo de harina, el yeso cernido, logrando la pasta para formar esas figuras a los que sus manos con mucha delicadeza dan vida, gestos y actitudes. “Como jugando podemos hacer cualquier figura que deseen”. Después pinta las figuras que ha hecho y los pone dentro de las cajas que ha mandado a blanquear previamente y al final las barniza. “Poco a poco me ha nacido qué costumbres debo hacer y qué figuras debo poner”, devela Teófilo los secretos de su inspiración.
Ha participado en algunas ferias de artesanías en Lima o Huamanga pero esto que podría ayudarles a colocar sus obras en otros mercados es algo que ya no pueden hacer debido a lo caros que son los pasajes y los stands en las que puedan exhibir sus trabajos. “Para nuestro futuro como artesanos (son 10 los artistas que forman parte del grupo) y asociación buscamos salir hacia ferias y exposiciones. Y para eso necesitamos de alguien que nos ayude porque nosotros queremos salir con nuestro arte y nos cuesta”.
Aunque su cansancio delate que tiene cierta dificultad para seguir caminando Vidal hace el esfuerzo de acompañarme hacia las afueras de Quinua, hacia otro anexo, uno llamado Nueva Esperanza. Por fin llegamos y nos dirigimos a una casa muy pobre y pequeña donde vive doña MERCEDES LOAYZA quien se acerca a rastras. Sus manos han reemplazado a sus piernas y necesita hacer uso de un esfuerzo descomunal para dirigirse adonde deba. Desde niña está impedida. Vivía en el anexo de Socospuquio de donde tuvo que huir hacia Quinua cuando el terror asoló estos pueblos y trajo su estela de muerte. A doña Mercedes muchas veces los vecinos se le acercan para darle comida. Vive en una soledad constante y aunque tiene 3 hijos y algunos nietos ella dice que no los ve porque no quieren saber nada de ella.
Pese a todo cuando la asociación tiene una reunión baja al pueblo como puede ya que nunca puede usar su silla de ruedas debido a lo escarpado del camino. Es tanto su deseo por estar con el grupo que ha pedido a los conductores de camiones que encuentra en el camino que la lleven. Pero una vez se accidentó bajando de uno de esos vehículos y se rompió una pierna, que ya ha tenido bastante dañada toda su vida.
Volvemos al pueblo cruzando la inmensa e histórica pampa de la Quinua mientras el cielo ruge avisando lluvia y el viento sopla inclemente. Y seguimos hablando con Vidal, que al igual que otros hace tiempo en este mismo lugar, libra una batalla, la suya; pero sin armas, sin ejércitos; solo, ayudado por su infatigable fe, tratando de ejercer y defender su libertad de crear y de ayudar.
Pablo
FIN DE LA SUITE AYACUCHANA
2 comentarios:
que preciosos trabajos!! pablo tu blog me esta ayudando mucho en el viaje que ya tengo programado para casi fines de mes :) gracias -- en cuanto esta publicacion recuerdas cuanto era el costo aproximado de estos trabajos que ellos realizan? de los pequeños, medianos y los grandes como el retablo ayacuchano que esta muy lindo, por favor
Hola Step, mil gracias por tu tiempo y comentario. Me pone muy contento saber que te sirvo un poquito de ayuda. Sinceramente no recuerdo bien el costo de estos trabajos, pero como podrás imaginar son mucho más baratos que comprarlos en los mercadillos, es buena idea comprarlos directamente a los artesanos así se evitan intermediarios. Lástima no poder ayudarte más, cualquier otra duda por aquí estamos, gracias de nuevo por tu visita. Saludos!
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