Considerada la calle más característica de Barcelona o, si se quiere, la más turística, que no es lo mismo pero para muchos es casi igual, las Ramblas son un excelente muestrario de lo que es una gran ciudad de las de ahora: turismo, ingenio, mezcla, pobreza, riqueza, encanto, belleza, huachafería (horterada dirían los españoles) y más… Pero vamos, que es inevitable andarla al menos una vez y pecar de poco original otras tantas.
Nuestra idea era unir el mar con el centro de la ciudad, es decir empezar el paseo en el puerto y acabar en la famosa Plaza Cataluña así que empezamos al pie del Monumento a Colón el cual nos recuerda el lugar donde desembarcó el genovés a su regreso del viaje en el que (casualidad de casualidades) se encontraría con un continente que no buscaba. No es raro ver sobre la cabeza del navegante alguna gaviota aposada apuntando con su pico, como lo hace él con su dedo, al infinito. Si quieres ver la ciudad a vista de pájaro (o de gaviota) este es el sitio ideal pues un ascensor te lleva hasta la corona del monumento el cual tiene 60 metros de altura.
Un poco más allá, a la entrada de una especie de pasarela de madera conocida como la Rambla del Mar, están otros navegantes que hicieron el camino inverso de Colón, el del arribo al viejo mundo: muchachos africanos que con su español forzado tratan de convencer a los turistas de comprarles las gafas de sol o los pañuelos de imitación que tienen aposados sobre unas telas multicolores en el suelo. Para contrastar, si el viajero camina un poco más, siempre por esta Rambla del mar, llegará al centro comercial MAREMAGNUM y encontrará bonitos restaurantes, cines, gente bien vestida y uno de los más grandes acuarios de Europa…
Sobre el mar van despaciosamente las embarcaciones de doble cubierta conocidas como Golondrinas y que son la delicia de muchos turistas, justamente desde dentro de uno de ellos unos jovencitos extranjeros levantaban las manos saludando y apuntando sus diminutos móviles hacia el puerto con la intención de tomar unas fotos que seguro pondrán inmediatamente en la cuenta del Facebook. Mientras tanto bajan, colgando en el vacío y mecidos por el viento, los funiculares desde MONTJUIC que son otra delicia de delicias para los visitantes con ganas (y capacidad) de gasto. Como ves opciones para ver Barcelona hay por cantidades: por mar, por aire… o humildemente por tierra.
Avanzamos hasta la Rambla de las Flores y es aquí donde parece estar la “parte de postal” y la más interesante por lo variopinta: a las tiendas de flores y quioscos de prensa, donde te venden todo lo que necesitas para dejar constancia de que estuviste en Barcelona, le anteceden, bien puesto en el suelo, un mosaico circular hecho por el artista surrealista Joan Miró, otro hijo predilecto de Barcelona. Dicen que su idea era hacer una representación universal de la perfección y de la totalidad. No siempre se puede “pisotear” una obra de arte así que date unos minutos para ver los detalles de este mosaico. Desde allí mismo se puede ver al otro lado de la calle la “Pla de la Boquería” al que hay que mirar con atención porque tiene algunos detalles interesantes: primero una antigua casa de aire orientalista en cuya fachada se ven paraguas, bastones y abanicos. En la esquina de este edificio está una de las imágenes más fotografiadas en toda la ciudad: un dragón con un farol y un paraguas.
Al final de este mítico paseo encontramos la Rambla de Canaletes donde hay una fuente con cuatro grifos que según dicen vierte agua venida de unas minas. Hay una leyenda en torno a ella: quien toma de sus aguas vuelve a Barcelona. Por si acaso bebemos una cantidad generosa con la esperanza de tener otra oportunidad en la ciudad condal. Ya estamos a unos pasos de la Plaza Cataluña y de pronto un fuerte olor a orines y cerveza fermentada deja constancia de que aquí hay movida. ¿Botellón? ¿Shakira estuvo moviendo sus caderas en un concierto para que la mirase su cada vez más lenguaraz novio? ¿Fiesta de San Juan? No. Llegaron los “indignados”.
En medio de la plaza parece que hubiera aparecido por arte de magia un mercado ambulante o un campo de refugiados: hay carpas, espacios protegidos por cartones o telas, cordeles en la que cuelgan papeles con escritos. El contraste que hace este acumulamiento de chabolas y casitas de material efímero con los bellos edificios de la sofisticada avenida de Gracia y con las relucientes ventanas de “El Corte Inglés” es tremendo. No hay rincón de la plaza donde no hayan extendido su dominio esta gente que ha puesto España de vuelta y media. Es evidente que aquí hay de todo: desde los jovencitos cuyas gafas les dan la pinta de ser aplicados estudiantes de humanidades hasta chicos bien vestiditos con un uniforme que deje constancia de que son antisistema: pantalones que más parecen pijamas, cabellos llenos de trenzas, barba de días, tatuajes y pirsing. Seguro que si te cruzas con uno de estos muchachitos con ese look a lo Melendi, seguro que cambias de acera (o de avión).
En un rincón de la plaza hay reuniones de coordinación con altavoces donde entre arengas, aplausos y alguno que otro grito los “indignados” planifican el futuro de esta interesante iniciativa. Más allá, sin embargo, indolentes como si estuvieran tomando el sol en una playa del mediterráneo, otro grupo se despanzurra y ríe mientras uno parece a punto de tocar algún ritmo africano con su especie de tambor. Cada cual hace la revolución a su manera. Todo esto es una delicia para los turistas a quienes sus vacaciones en Barcelona justo les pillaron con esta movida: por momentos parece que la revolución indignada se va convirtiendo en otro atractivo turístico.
Los monumentos de la plaza han sido cubiertos con carteles donde se pueden leer mensajes en catalán y en español en favor de la protección de ecología, del vegetarianismo, de los bosques, del trabajo justo y en contra del gobierno, la Tv, los bancos y la policía. Como se ve, es todo un combinado de demandas y de intereses unidos en esta plaza y en muchas más en toda España país al que estas personas no solo ha puesto de cabeza sino también ha dividido en dos; lo cual no llama la atención en un lugar donde casi toda división parece ser binaria: Real Madrid/Barcelona, El País/El Mundo, Republicano/Franquista, PP/PSOE, empleado/parado, etc.
El paseo por Barcelona sigue pero ya se los iremos contando en las siguientes entradas. Hasta la próxima…
Pablo
1 comentarios:
Hola de nuevo, he estado curioseando por tu blog y mi más sincera felicitación por el contenido del mismo. Sobre todo es bien cierto que os habéis paseado por casi toda la ciudad, me han gustado mucho tus entradas sobre las diferentes zonas de Barcelona, que como todas las ciudades no dejan de ser un conjunto de pequeños o grandes espacios todos ellos con identidad propia.
Recibe un cordial saludo desde Barcelona.
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