Recuerdo que en alguna clase de geografía en el colegio
tuvimos que hacer unos cálculos para saber la hora en determinado rincón del
mundo tomando en cuenta el Meridiano de Greenwich. Estoy seguro que le pregunté
al profesor qué era Greenwich y me parece que el respondió “es una zona
imaginaria”. De esto último no puedo dar absoluta fe. Quizás escuché mal y
dijo: “es un línea imaginaria”.
Yo creía completamente olvidado este suceso sin
importancia pero parece que estaba bien guarecido en algún oscuro rincón de mi
mente. Rincón cuyas sombras se removieron cuando caminaba por el extenso parque
de Greenwich (los ingleses pronuncian “grinich”). Argucias misteriosas de las
que se vale nuestro cerebro para traernos retazos del pasado cuando es
estimulado por algo. El sabor de la magdalena de Proust, por ejemplo.
Fue toda una sorpresa. Por un momento me gustó pensar que
en verdad caminaba en una zona, en una dimensión, que no existía. Pero no.
Greenwich de imaginario tiene poco. Es un pueblo de verdad. Y encantador.
Famoso desde mucho antes de que se creara allí el meridiano, pues había sido,
entre otras cosas, Coto de caza favorito de los reyes y embarcadero.
Hoy es un villorrio en el suburbio sur de la capital británica que contrasta
tremendamente con la locura diaria de la City. Hay tanta riqueza cultural en este rincón
de Londres que muchos olvidan que fue declarada, en 1997, como Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO.
Hacia allí fuimos desde Richmond, donde vivíamos. Esto
significa que cruzamos la ciudad de
punta a punta. Es decir, nos movimos por las entrañas de
Londres. Por allí abajo, ese otro mundo de túneles, trenes y luz artificial. Llegamos
hasta la parada de WESTMINSTER, en el mismo centro de la ciudad. Luego
tomamos la línea gris del metro, la JUBILEE LINE , y nos
apeamos en la estación del modernísimo CANARY WHARF, alucinante zona que ha
sido modernizada para convertirse en el mayor centro de negocios de Londres, y
seguro que del mundo. Continuamos en el Docklands Light Railway (DLR), un
angosto tren en el que se puede viajar con la misma tarjeta del metro. Hasta que por fin, ufff, llegamos a
la estación de GREENWICH.
Vista de CANART WHARF. Londres - Inglaterra. |
Estación de metro de CANART WHARF. Londres - Inglaterra. |
Lo primero que visitamos fue el mercadillo cubierto.
La tradición dicen que tiene más de 5 siglos de historia que, a decir verdad,
ni se notan: tiene la pinta de haber sido un mercado inaugurado ayer mismo; lo
que no quiere decir que le falte encanto. Ojo, el mercado solo abre de Miércoles a Domingo.
Nosotros fuimos un miércoles, día dedicado a la comida y los artículos para el
hogar. Fue interesante encontrar un puesto de comida mexicana; el único de
sabor latino en un sitio donde se imponen olores y sabores asiáticos.
Mercado de Greenwich. Londres - Inglaterra. |
Mercado de Greenwich. Londres - Inglaterra |
Por fin entramos en el más antiguo de los Parques Reales
de Londres. Inmenso por donde se le mire. Se pueden visitar allí varios
monumentos relevantes: el Museo Marítimo Nacional de Londres, el Observatorio
Real y el Queens House. Era un bonito día soleado por lo que había gente por
montones: todos tirados en el césped, disfrutando del picnic o bebiéndose unas
buenas cervezas frías mientras los niños corrían como locos detrás de sus
hechizantes balones.
Parque Greenwich. Londres - Inglaterra. Foto de http://www.euroviajar.com/ |
Para ponernos olímpicos, una vez más, debo decir que por
lo que tengo entendido en este parque se llevarán a cabo las competiciones
ecuestres durante las OLIMPIADAS 2012; además de parte de la competencia de
pentatlón. De nada.
En medio del parque hay una pequeña colina que es donde se
encuentra el lugar que le ha dado fama al pueblo: el Observatorio Real de
Greenwich. Hacía allí subimos por una cuesta algo empinada.
Observatorio Real de Greenwich. Londres - Inglaterra. |
Interesante sitio este observatorio. Fue allí donde se colocó un gran telescopio con el que los genios de entonces empezaron a leer el críptico abecedario de las estrellas. Pero no solo se miró al cielo desde allí sino también que se logró hacer lo impensable: tener cierto control sobre esa fuerza corrosiva llamada tiempo. Pues sí, este fue el sitio donde se aprendió a calcular la hora inventando una línea imaginaria que partiría como una cicatriz invisible al mismo mundo y al que se denominó MERIDIANO. Con esa línea, hecha de pura imaginación, se pueden localizar estrellas, dibujar mapas, saber qué hora exactamente es en Katmandú o en Ayacucho. En fin, proezas del ingenio humano. Otras cosas que se pueden ver en este observatorio son una colección astronómica y otra de relojes hechos por John Harrison para calcular la longitud del mar.
Observatorio Real de Greenwich. Londres - Inglaterra. |
Observatorio Real de Greenwich. Londres - Inglaterra. |
La colina también es un buen lugar para observar las excelencias del paisaje londinense: el viejo Támesis ondulando como una serpiente infinita, la ancha lengua de tierra que penetra en el río y a la que se llama Isla de los Perros y los altos y modernísimos edificios de la City. En realidad, siempre ha sido un excelente mirador. Hay cuadros de Turner que así lo acreditan.
Un cuadro de Turner. Parque Greenwich. Londres - Inglaterra |
Luego de visitado el Observatorio nos fuimos al patio
interior pues por allí “pasa" el meridiano y así poder cumplir con la monería
aquella de poner un pie en el hemisferio Oeste y el otro en el del Este. Claro,
no somos los únicos que queremos cumplir con el ritual por lo que hay que
esperar en línea (nada imaginaria) hasta que llegue tu turno.
El MERIDIANO DE GREENWICH. Observatorio Real de Greenwich. Londres - Inglaterra. |
Después visitamos el National Maritime Museum, el museo
náutico más grande del mundo. Es un muestrario de la grandeza con el que alguna
vez se enseñoreó Gran Bretaña en los mares del planeta. Se pueden ver maquetas
de barcos, pinturas y una estupenda colección dedicada al Almirante Nelson (el
héroe de Trafalgar). Cosa curiosa, se expone allí el uniforme que el prohombre
vestía cuando murió y hasta se puede ver el agujero que hizo la bala que le
mató. También una interesante maqueta en la que se representa de manera
bastante gráfica el TRATADO DE TORDESILLAS en la que, con otra línea
imaginaria, España y Portugal se dividieron el nuevo mundo para esquilmarla más
organizadamente. La parte de Sudamérica está, en la maqueta, repleta de monedas
que, obviamente, representan la riqueza del oro.
National Maritime Museum. Londres - Inglaterra. |
National Maritime Museum. Londres - Inglaterra. |
Las fotos no están permitidas. Esto es algo que yo no
sabía de no haber sido porque una de las personas que cuida los ambientes del
museo me pidió que dejase de usar la cámara. Pongo las únicas fotos que pude tomar
antes de que me diera por enterado de la prohibición.
National Maritime Museum. Londres - Inglaterra. |
National Maritime Museum. Londres - Inglaterra. |
Antes de iniciar el regreso a casa nos fuimos al muelle de Greenwich a modo de
conocer un poquito más el pueblo y ver el Támesis desde esa zona.
Vista del Támesis desde Greenwich. Londres - Inglaterra. |
Greenwich. Londres - Inglaterra. |
Espero que lo
aquí escrito y sobre todo las imágenes les motive a conocer este fantástico
parque. Un gran abrazo.
Pablo
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