Los nazis no imaginarían que allí donde se reunieron para dar a conocer al mundo un dogma que propugnaba el predominio de una sola y auténtica raza, todas se juntarían para armar la rumba. Y aunque no sea el mismo edificio, pues aquel donde Hitler y sus secuaces se reunían fue destruido durante la guerra, se sabe que la Hofbräuhaus que visitamos hoy tiene la misma ubicación.
Esta cervecería debe ser una de las más viejas y quizás la más famosa del mundo. Ello le da una relevancia sin igual ya que por su antigüedad ha sido una especie de resumen de parte de la historia alemana y es hoy uno de los rincones más turísticos de la ciudad. Sí, ya no tiene mucho de auténtico, todo parece fríamente coordinado, la gente que allí trabaja odia y ama a un tiempo a las hordas de turistas que no cesan de entrar como un mal necesario pero hay que ir por lo menos una vez porque la experiencia, pese a todo, vale.
|
Hofbräuhaus. Munich - Alemania. |
Munich tiene tradición cervecera. Basta con ver el desmadre que se arma cada Octubre, en realidad se inicia en Setiembre, durante los fastos del OKTOBERFEST para salir patidifuso del THERESIENWIESE por ver esa infinita variedad de cervezas que uno no creería ni que existiese. Pero como dicen, de la raza le viene al galgo y si los alemanes de hoy saben mucho sobre esta bendita bebida es porque la tradición no empezó hace poco cuando gracias a la revolución industrial todo se hizo a palpito de máquina y las cosas se creaban entusiastamente y con rapidez; no, hay que retroceder mucho, muchísimo más hasta un tiempo en que todo se hacía a mano y no por ello en pocas proporciones.
Dicen que Guillermo V, duque de Baviera (1579 – 1597), tenía bajo su dominio unos vasallos fieles pero sedientos como camellos. La realeza se gastaba una fortuna en importar cerveza desde Baja Sajonia hasta que le recomendaron al duque que se dejara de zarandajas y gastos a lo tonto: mándese a traer de un monasterio, que ya se sabe que los curas para vicios los primeros, un maestro cervecero y que viva la pepa. Y así se hizo… y nació lo que sería la principal fuente de ingresos de la familia regia: la Hofbräuhaus que tendría su primer pequeño local en el ALTERHOF.
|
Hofbräuhaus. Munich - Alemania. Foto de wikipedia |
Maximiliano I no solo heredó de su padre, Guillermo V, la gobernanza de Baviera sino también la sed; aunque tenía un paladar más refinado, no le entraba tanto a la cerveza oscura que en ese tiempo era tan amada como lo es hoy el Bayern FC; el hombre se daba sus caprichos empinando el brazo solo con cerveza de trigo que es la deliciosa Weissbier o cerveza blanca. Debido a la exquisitez de ese paladar y a la exigencia de su carácter la cervecería se haría la experta en la elaboración de dicho tipo de cerveza, hoy ya van 400 años de experiencia.
El negocio fue la bomba, un éxito sin precedentes; qué negocio que no implique placeres no lo es. Como muestra un botón: solo en 1605 se hicieron casi 1,500 hectolitros de cerveza, considerando el tiempo debió de haber sido mucho. Pero la sed no se calma con rapidez, ya saben; Maximiliano, en otro arranque de genialidad, se dio cuenta de que su cervecería ya no daba abasto así que mandó moverlo a un edificio ubicado justamente en el mismo sitio donde está actualmente la Hofbräuhaus. El problema era que las ganancias apenas si permitían mantenerlo; Maximiliano decidió entonces que la cervecería ya no era solo para nobles sino también para la plebe: es 1610, se abre la puerta al “populorum” cambio que hace que desde entonces bebedores sin pedigrí, como yo, y, para más inri, ay, desempleados, podamos entrar y sentarnos en una de las largas mesas de madera a tomarnos una cervecita… señores, aunque desde allí arriba no se note, aquí abajo también tenemos sed.
No es extraño que por tener tanta historia y por estar ubicada en el centro mismo de la ciudad esta cervecería sea tomada por asalto cada noche, y día, por pandillas de turistas ávidas de libar cualquier cosa que no sea agua y que calme la sed. No importa el griterío, el calor humano que parece salir vaporoso y raudo cuando uno abre una de las grandes puertas para poder entrar, el movimiento continuo de los camareros y camareras que hacen equilibrismo llevando unas bandejas inmensas, nada eclipsa la belleza de los interiores de esta cervecería ni ensombrecen el brillo nocturno de las guirnaldas de flores que penden como una cadena de luciérnagas desde las bóvedas.
|
Hofbräuhaus. Munich - Alemania. Foto de www.gothereguide.com |