Un "joven indio del Perú" caminando por Augsburgo

domingo, 15 de febrero de 2015

Íbamos por la carretera que une Munich con Augsburgo y Bibi pisaba el acelerador a 140 por hora (no hay señales de límite de velocidad en Alemania, increíblemente) mientras que tan pancho me cantaba una canción que había oído cuando él era niño: decía en alemán algo así como “el joven indio del Perú”. Pensé que me estaba vacilando, pero me reí mucho con la posibilidad. El hecho es que por esas velocidades necesitamos poco más de media hora para llegar a Augsburgo, la famosa ciudad de Augusto (de allí el nombre), de la que tanto había oído hablar.

Un cafecito en una de las terracitas de la amplia plaza para cargar energías mientras miramos al gran emperador romano en la cima de una elevada columna, y las cúpulas bulbiformes del hermoso Ayuntamiento hacia donde nos dirigiríamos luego para visitar uno de los tesoritos más conocidos de la ciudad: la Goldeneersaal o Sala Dorada.


Augsburgo. Baviera - Alemania.
Augsburgo. Baviera - Alemania.
Pagamos la entrada (2.50 €) y subimos directamente al 2do piso (o 1era planta para los españoles), y apenas entramos sentía que me metía en una inmensa burbuja resplandeciente, hecha sólo de oro; como si fuera la habitación de una historia de fantasía: molduras, ménsulas, capiteles, fustes, todo parece irradiar luz.

Salón dorado. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Salón dorado. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Salón dorado. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Vista de Augsburgo desde el Salón dorado. Baviera - Alemania.
En el techo, todas esas imágenes hechas con sabor clásico, casan perfectamente en medio de todo ese inventario de bellos ornamentos. Y son todo un placer para el viajero que guste de la iconografía y simbología. La pieza central, de forma oval y longitudinal y de más o menos 24 metros, muestra a SAPIENTIA (sabiduría), representada por una figura femenina, y que va ataviada con lujosas ropas y una corona. Dirige un carro triunfal del que tiran hombres con pinta de sabios. El lema, que es cargado por unos ángeles, dice PER ME REGES REGNANT (a través de mi los reyes reinan).

Salón dorado. Augsburgo. Baviera - Alemania.
A ambos lados de esta imagen hay otras dos pinturas redondas que simbolizan las tareas de las autoridades y las virtudes que un ciudadano de una gran comunidad debería tener. En la parte oeste se encuentra ARCHITECTURA junto al constructor del ayuntamiento (Elias Holl), una cartela especifica CIVITATES CONDUNTUR ("se están construyendo las ciudades"). Las figuras femeninas de las pinturas ovales ubicadas alrededor representa el afán de sabiduría (IUNVENTUS SAPIT: a los jóvenes les interesa la sabiduría), la diligencia y la fertilidad (CIVES PROPAGANTUR: los ciudadanos crecen y se reproducen), la laboriosidad (NEMO OTIOSUS: que nadie esté ocioso) y la piedad (CAELUM APERITUR: el cielo se abre).

Salón dorado. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Salón dorado. Augsburgo. Baviera - Alemania.


La pintura central de la zona este simboliza la intención de defenderse: HOSTES ARCENTUR que significa “se rechaza a los enemigos”, representada en la MINERVA BELLONA. Las imágenes femeninas de las pinturas ovales de alrededor son la medicina (PROCUL PARCAE: que las parcas estén lejos), la honradez (BONA FIDE: buena fe), la justicia (BONUS RIDET MALUS PLORAT: el bueno ríe, el malo llora) y el bienestar (OMNIA ET UBIQUE: todo para todos).

Salón dorado. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Salón dorado. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Al lado de esta gran sala hay otro museo con curiosidades, pero no son tan interesantes. Todo este edificio fue destrozado durante los bombardeos aliados, así que la reconstrucción ha sido increíble.

Salimos luego a andar por MAXIMILIANSTRASSE al que algunos consideran un de las calles más hermosas del sur de Alemania. Hay allí una escultura muy hermosa, de 1599, y que representa a Mercurio. Luego seguimos callejeando por varias calles, esta vez ya sin rumbo fijo así que las fotos que pongo no puedo decir bien dónde fueron tomadas. 

Augsburgo. Baviera - Alemania.
Augsburgo. Baviera - Alemania.
Augsburgo. Baviera - Alemania.
Augsburgo. Baviera - Alemania.
Era especial, sin embargo, estar en las calles de una ciudad que hoy se antoja tan pequeña pero que antiguamente fuera tan poderosa, llena de familias ricas desde donde se dominaba el comercio mundial, y en donde también la tragedia ha tenido lugar: fue horriblemente bombardeada durante la segunda gran guerra, pero de eso ya hablaremos luego.

Augsburgo. Baviera - Alemania.
Augsburgo. Baviera - Alemania.
Augsburgo. Baviera - Alemania.
Lo que sí tengo claro es dónde fue que comimos, sería porque tenía ya mucha hambre. Era (es) una cervecería restaurante llamada König vonFlandern (en Karolinenstrasse 12), el cual recomiendo: la cerveza obviamente estupenda, la gente que nos atendió muy amables (y vestidos a lo bávaro), y el sitio tenía esa pinta de bar alemán que uno siempre se imagina: subterráneo, de techos bajos, con arcos de casi medio punto para entrar a cada habitación, madera gruesa en las mesas, y en donde se muestran los artefactos utilizados antiguamente para hacer una buena cerveza. Recomendado.





Volvimos a la calle. Había que ir a ver uno de los sitios más interesantes del lugar: La Fuggerei, que sería uno de los más importantes proyectos de vivienda pública más antiguos del mundo. Llegamos a la entrada principal para pagar el ticket (4 €). La mujer que nos atendió tenía más o menos la misma edad de Bibi, y cuando ella nos preguntó de dónde veníamos él le dijo que de Perú, y entonces, bonachón como es, le preguntó a la mujer si había oído alguna vez la canción del “joven indio del Perú”… y la señora dijo que sí… ¡y ambos se pusieron a cantarla! Fue sensacional. Entonces no me quedó otra cosa que creerle a Bibi que sí existía la tal canción y que fue famosa hace muchos años. Otra cosa que él me contó es que Julio Iglesias cantó algunas canciones en alemán cuando joven. Eso sí creo que fue cochineo. No he podido comprobarlo. Tampoco me interesa, ¡a Iglesias no le entiendo ni cuanto canta en español!

Folleto de la Fuggerai.
Ticket de entrada a la Fuggerei.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Jakob Fugger fundó una rica familia de comerciantes, que ya prestaba dinero a los papas o emperadores, como que cumplía labores de mecenazgo. Mandó a construir esta especie de ciudad dentro de otra ciudad para que la gente más humilde (sus trabajadores) viviese sin pagar casi nada por lo que se considera una obra social sui generis para su tiempo. No sé si en este caso Fuggerai lo hizo por bondadoso como se dice siempre, o por tener un mejor control sobre sus vasallos; el hecho es que es un lugar interesante, lleno de jardines, calles largas, fuentes, una iglesia, y en donde se puede visitar todavía el interior de alguna casa para darse una idea de las dimensiones que tienen. Por cierto, todavía vive gente allí y lo que pagan por alquiler es menos de 1 €. ¡Suerte la de ellos! Eso sí, tienen que pagar 46 € al mes por los servicios y orar diariamente por el alma de los fundadores.  


Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Hay un bunker que se puede visitar y en el que hay una exposición de fotos que nos muestran cómo quedó este recinto, y la ciudad de Augsburgo, después de los bombardeos aliados. Las imágenes son realmente atroces, conmovedoras. Ya se sabe que la guerra la hacen un grupo de desquiciados, contra otro grupo igual o más enloquecido, y en ese intercambio de locura hay gente que padece las peores consecuencias de esa insania. En el caso de los pueblos bombardeados de Alemania, cuando uno ve estas fotos tremendas no puede dejar de preguntarse: ¿era necesario todo esto? ¿Bombardear ciudades enteras cuando el agotamiento nazi y la victoria aliada era más que evidente? ¿Se quería hartar a los civiles y motivarles a rebelarse contra Hitler, siendo como fue que los únicos civiles que quedaban en ese país eran ancianos, niños y mujeres porque la gran mayoría de hombres estaba en el frente o muertos? ¿Había una “necesidad militar”? Quizás sí, pero en los juicios a los que lo sometieron, los nazis también adujeron que su actuar había sido “necesario” a causa de la guerra. 

 

Folleto del Bunker de la Fuggerei.

Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.

Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Fuggerei. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Se nos estaba yendo la luz del día, así que dejamos a Bibi tomándose una copa y nos fuimos con mi hermano corriendo hacia la Catedral para verla antes de regresar a Munich. La entrada es gratuita y bien vale la pena, sobre todo por ver esa fachada del siglo XII, su fascinante entrada llena de esculturas, su vidriera románica (se dice que es la más antigua del mundo), bóvedas de crucería, y otros tantos de arista, y un claustro en el que se puede ver tumbas, arcosolios y altorelieves que representan a personajes medievales.
Catedral. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Catedral. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Catedral. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Catedral. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Catedral. Augsburgo. Baviera - Alemania.
Hay mucho más por ver en Augsburgo. Nosotros fuimos pasado el mediodía por lo que no pudimos verlo todo, pero aprovechamos muy bien el tiempo, de todos modos sería recomendable ir temprano pues como ya dije hay muchas cosas interesantes. Hasta la vista viajeros.

Pablo.


Bibliografía.


Alonso, Ana. Arde Alemania. La Aventura de la Historia. Marzo 2003, no. 53, pp. 42 - 46.


Múnich y Baviera. Madrid: El País : Aguilar, 2006.

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